Cantar villancicos es una de las tradiciones de Navidad más populares en Chequia

Foto: Julia Freeman-Woolpert / Stock.XCHNG

En ocasión del Día de San Esteban, Radio Praga les ofrece un programa especial de Navidad, en el que queremos presentarles una de las tradiciones navideñas más populares en Chequia, la de cantar villancicos. Confiamos en contribuir al bienestar en su hogar en estas fiestas de paz y tranquilidad que recuerdan el nacimiento del Niño Jesús.

Foto: Julia Freeman-Woolpert / Stock.XCHNG

La Navidad es una de las fiestas más populares en la República Checa y es acompañada por un sinnúmero de tradiciones. En Nochebuena se prepara una cena familiar y el Día de San Esteban suelen visitarse los familiares y amigos. En los hogares checos no puede faltar un árbol de navidad ricamente decorado con adornos de paja o con globos de cristal multicolores. Y junto al árbol se instala un pesebre de madera, papel, y hasta de pan de especias.

En vísperas de la Navidad, las amas de casa checas preparan igualmente varias especies de sabrosas galletas de pequeño tamaño, que se ofrecen después de la cena de Nochebuena.

Y cuando la familia se reúne junto al árbol de navidad para ver los regalos que, según la tradición checa obsequia el Niño Jesús, todos en conjunto comienzan a entonar villancicos, para agradecer esa generosidad.

Los comienzos de los villancicos, o el llamado cante popular de villancicos, que en checo se denomina ‘koleda’, se remontan a tiempos lejanos. Pero la palabra tenía originalmente otro significado, como aclara Vojtěch Mojžíš, historiador del Museo de la Música, en Praga.

”La palabra checa “koleda”, es una derivación de la romana ‘calendae’ que significa primer día del mes en el calendario romano. Los antiguos eslavos denominaban con ella el primer día del nuevo año. La expresión ‘calendae’ se utilizaba ya en los tiempos paganos y estaba vinculada con el período del solsticio de invierno. Posteriormente fue adoptada por el cristianismo, que denominó con ella las celebraciones del nacimiento de Jesucristo, Salvador del mundo”.

La expresión ‘koleda’, o sea villancico, aparece con pequeñas modificaciones en todos los idiomas eslavos y, con el paso del tiempo se fue utilizando para describir varias cosas, según sostiene Dagmar Štefancová, del Museo de la Música en Praga.

”En primer lugar, ‘koleda’ es una costumbre vinculada originalmente con el campo. Durante el período comprendido entre la Nochebuena y el Día de los Reyes Magos, los campesinos más pobres y los peregrinos visitaban los hogares y pedían algo de comida y vestimentas. En segundo lugar se decía así a los regalos que recibían los pobres y, en tercer lugar, ‘koleda’ se decía a las canciones que entonaban las personas al recorrer los hogares pidiendo limosna”.

Los que cantaban villancicos, iban de casa en casa y ofrecían frutos secos y avellanas en varillas de sauce o endrino, adornadas con cintas de colores.

Foto: Lynn Cummings / Stock.XCHNG

El dueño de la vivienda debía aceptar las varillas a cambio de dinero, retirarles los adornos, guardarlas, y en la primavera plantarlas en un campo sembrado de lino. Además de dinero y vestimentas, a los cantantes populares se les daba el típico pan dulce checo de Nochebuena y también frutas frescas cortadas en pedazos, lo que se llamaba ‘štěpání’, o sea ‘estébanes’.

En los tiempos paganos, la gente festejaba el solsticio de invierno, añoraba los cambios que favorecían una abundante cosecha y compartía su alegría y sus riquezas con los más necesitados.

Las solemnidades vinculadas con el regreso del sol eran comunes entre los eslavos ya en la época que precedió la llamada migración de los pueblos, aproximadamente antes del año 500 de nuestra era. Con el paso del tiempo, las festividades paganas se unieron con las conmemoraciones del nacimiento de Jesucristo.

La costumbre de recorrer los hogares fue transmitida a través de generaciones, y pasó a ser una tradición popular que más tarde fue acogida especialmente por los niños de campesinos. Estos imitaban los rituales de visitar los hogares en Navidad, y el Día de San Esteban así como el Día de los Reyes Magos pedían a sus vecinos golosinas y frutas.

Con el Día de San Esteban, por ejemplo, se relaciona un antiguo villancico popular checo que surgió de una coplilla de carácter travieso, y que hasta hoy conocen incluso los niños más pequeños.

Su texto dice así: ”Koleda, koleda, Esteban, qué es lo que llevas en tu jarro? Llevaba golosinas, pero me he resbalado sobre el hielo y me he caído, y entonces se me acercaron unos perros, me comieron todas mis golosinas y me destrozaron mis zapatos”.

Este villancico testimonia que los habitantes del campo fueron adaptando los textos de los villancicos según su propia experiencia de la vida cotidiana. Por ello también, los textos de estos cantos populares navideños son multitemáticos y aunque prevalece en ellos la alegría, respiramos asimismo un aire de tristeza y miseria.

En los tiempos paganos, la gente en el campo checo atribuía un poder mágico a la tradición del canto de los villancicos por parte de las personas que recorrían los hogares, según sostiene Dagmar Štefancová.

“La gente creía en ese poder mágico y confiaba que si compartía comida y otras cosas con los pobres que entonaban villancicos, en su hogar reinaría el bienestar y la felicidad. Por eso los peregrinos eran bienvenidos siempre. Con la cristianización de los territorios checos a partir del siglo IX, esa costumbre fue adquiriendo un carácter diferente y los regalos a los peregrinos se repartían en honor al nacimiento de Jesucristo”.

Los antiguos eslavos cantaban en su idioma materno. Lamentablemente, en esos tiempos no existían grabadoras, ni discos. Lo que actualmente sabemos de los villancicos de aquella época es sólo lo que se ha conservado gracias a los coleccionistas que durante los siglos XVIII y XIX se dedicaron a la recopilación de melodías populares transmitidas a través de generaciones.

Lo que sí se sabe es que los eslavos consideraban a San Esteban como patrono de los albañiles, pedreros, carpinteros y, principalmente de los cocheros. Por eso, en algunos villancicos navideños populares dedicados a San Esteban se apreciaban esas profesiones. Con frecuencia se reflejaba en ellos también el tema amoroso.

En el Medioevo, a partir del siglo XIII especialmente, los villancicos se fueron extendiendo del campo también a las ciudades. Eran difundidos mayormente por los educadores y sus alumnos. Más tarde la costumbre fue acogida por el clero. Los sacerdotes visitaban en Navidad los hogares, los bendecían y entonaban villancicos.

Los textos y la música de los villancicos que se cantaban en el campo y en las ciudades se diferenciaban bastante y respondían al objetivo con el que se practicaban, señala Vojtěch Mojžíš.

”Los villancicos que se cantaban en las ciudades se basaban en temas litúrgicos, en la adoración al Niño Jesús, y sólo su música aprovechaba fragmentos del folklore. Los villancicos de regiones rurales en cambio, se relacionaban a las tradiciones y el canto popular, a los rituales que acompañaban el solsticio, y se cantaban en checo. En las ciudades a su vez, se cantaban originalmente textos litúrgicos en latín. Personas de todas las capas de la población, desde los mendigos, los comerciantes, sacerdotes y estudiantes hasta los burgueses y aristócratas entonaban villancicos”.

Las primeras menciones escritas sobre villancicos checos cantados en latín en las ciudades datan del siglo XIV. Gracias a los estudiantes universitarios que viajaban con frecuencia de país en país, estos cantos pronto llegaron a ser conocidos también en otros países europeos de entonces.

Durante el reinado de Carlos IV, en el siglo XIV, el arzobispo de Praga y otros dignatarios de la Iglesia que solían interpretar villancicos durante la navidad, tenían un sueldo garantizado por esa actividad. Una parte de las ganancias, no obstante, debían donarla a músicos y cantantes profanos.

En aquellos tiempos también las prostitutas solían cantar villancicos en las plazas y otros lugares públicos, para ganarse así algún dinero de más. Pero debido al amplio rechazo de los ciudadanos, en 1390 fue emitido un decreto real que les prohibía a las prostitutas cantar villancicos.

Los cantos en Navidad habían tenido un alto nivel especialmente en Praga. A ello contribuyó en gran medida la introducción del arte musical como disciplina de aprendizaje obligatoria en la Universidad de Praga. Carlos IV creó igualmente la institución de cantantes principiantes en el coro en las iglesias.

A lo largo de varios siglos estos jóvenes cantantes interpretaban en navidad villancicos tanto en iglesias, como en mercados y tabernas por todo el país. El canto era altamente apreciado, por ser una de las formas en que los jóvenes de familias pobres podían ganarse algún dinero.

Los cantos navideños en latín comenzaron a ser traducidos pronto a otros idiomas. Así fue también en el Reino de Bohemia, indica Dagmar Štefancová.

„Según datos que tenemos a disposición, los primeros villancicos traducidos al checo del latín datan del siglo XV. Uno de los más populares es el titulado ‘Nació Jesucristo’ que viene del latín ‘En virgo parid filium”.

Del siglo XV provienen asimismo los villancicos con letras en checo, compuestos por músicos profesionales, según recalca Vojtěch Mojžíš.

”El villancico checo más antiguo creado por un músico profesional y cuya existencia está comprobada, surgió hace más de 500 años. Lo menciona en sus escritos el sacerdote Jan de Holešov, del monasterio de Břevnov, en Praga. Este cura escribió un folleto sobre las costumbres de la Navidad en el Reino de Bohemia y en él menciona un villancico cuya letra dice así: “Miren, miren ese roble en medio del patio”. Lamentablemente, el texto completo y la melodía de ese canto no se han conservado. Y seguro que hubo también otros villancicos checos sobre cuya existencia no tenemos testimonio alguno”.

Uno de los villancicos checos que sí se han conservado hasta el presente es el titulado ‘Alégrense todos los seres vivos’, que data del siglo XVII.

Adam Václav Michna de Otradovice

Un típico representante de la música navideña checa del siglo XVII fue Adam Václav Michna de Otradovice. Este compositor, poeta, organista y tabernero de la ciudad de Jindřichův Hradec, Bohemia del Sur, es autor de numerosos cantos navideños a tres y cuatro voces.

Sus canciones eran interpretadas mayormente en las iglesias, pero algunas han adquirido tanta popularidad que se extendieron al campo y pasaron a formar parte del repertorio musical popular. Uno de esos villancicos es el titulado ‘Queriendo que durmiera’

Un gran auge de los cantos navideños se registró en los territorios checos en los siglos XVIII y XIX, según destaca Dagmar Štefancová, del Museo de la Música, en Praga.

”Esa época se caracterizó por el movimiento de resurgimiento nacional, por lo que las tradiciones populares tenían amplia acogida. En las postrimerías del siglo XVIII, varias personas tuvieron también la iniciativa de recolectar y describir las tradiciones y canciones populares de zonas rurales, para que pudieran ser conservadas en forma escrita. En el siglo XIX aparecieron las primeras publicaciones especializadas que reflejaban el desarrollo de las canciones populares en territorio de Bohemia y Moravia, entre las que figuran los villancicos”.

Hablando de villancicos, cabe mencionar los instrumentos musicales que acompañaban el canto. Los intérpretes andariegos en zonas rurales empleaban instrumentos musicales folklóricos con nombres singulares, si no raros, como por ejemplo los denominados grumple, trumšajt y fanfrnoch, que difícilmente podríamos traducir al español.

Foto: ČTK

El fanfrnoch era una jarra de cerámica cubierta de piel, de la que pendía un manojo de cerdas con las que el músico rascaba este original instrumento. Pero ese se utilizaba en tiempos remotos, como dice el historiador de la música, Vojtěch Mojžíš.

“Es cierto que para interpretar villancicos, en el campo se aprovechaban a veces instrumentos musicales populares que no se conocían en la ciudad. Pero los demás eran de conocimiento general, como el laúd, el violín y otros instrumentos de cuerda, la flauta, o una arpa de pequeño tamaño que era muy extendida especialmente en el siglo XVIII y XIX. Cuando se cantaba en grupo, se empleaban también instrumentos de viento. Y cuantos más instrumentos se juntaban, tanto mejor sonaban los villancicos, y tanto más dinero y regalos recibían los músicos y cantantes”.

La tradición de entonar villancicos en Navidad se conserva en la República Checa hasta el presente. Se cantan en las iglesias, en las plazas, así como en los hogares. Aunque, lamentablemente, esa bella tradición es aprovechada cada vez más con fines comerciales.

Junto con los villancicos, en Navidad suelen interpretarse también diversas misas navideñas. La más popular en Chequia es la Misa Navideña Checa, compuesta por el educador rural Jakub Jan Ryba, y que con el paso del tiempo se hizo célebre en gran parte del mundo.

palabras clave:
audio

Relacionado

  • Navidad Checa

    Radio Prague International les ofrece la selección de los artículos sobre la Navidad checa con el deseo de contribuir a la atmósfera festiva que reina en sus hogares.