Cuando la corona checa fortalece natural o artificialmente, los primeros
afectados son los empresarios checos, que en primer lugar ven descender sus
exportaciones. Lo contrario ocurre con los importadores que aplauden
semejantes medidas porque sus precios prácticamente no tienen competencia.
La factoría de automóviles Skoda Auto, uno de los motores de la economía
checa, se ve afectada durante cada fortalecimiento artificial de la corona,
y actualmente se teme que podría cerrar alguna de sus plantas.