La capital checa, Praga, se encuentra entre una de las veinte ciudades del
mundo donde los extranjeros se enfrentan a los gastos más bajos después
de su reubicación, según un análisis realizado por Movinga.de, la
empresa alemana de mudanzas. Mientras que el transporte y las comidas en
Praga son relativamente baratos, el alquiler de apartamentos tiende a ser
más alto que en la mayoría de los otros países post-comunistas.