El ministro checo de Finanzas y empresario Andrej Babiš ha reaccionado con
dureza a la ley de conflicto de intereses que, según él, fue instaurada
para sacarlo de la política. El magnate de la industria, cuyo partido ANO
espera ganar las elecciones generales de octubre, dijo que trasladaría sus
activos a un fondo fiduciario para cumplir con la legislación, pero que
presentaría una queja contra ella ante la Comisión Europea.