La inflación checa de precios al consumidor se aceleró inesperadamente al
comienzo del año, sobrepasando las proyecciones de mercado y el objetivo
que se había impuesto del Banco Nacional Checo. El crecimiento interanual
del 2,2% registrado en enero en los precios al consumidor fue impulsado,
según los informes, por la subida de los precios del combustible, los
alimentos, las bebidas no alcohólicas y los servicios de restauración.