Una delegación del Gobierno checo, encabezada por el ministro de Industria y
Comercio, Miroslav Gregr, delibera en Bruselas sobre la reestructuración de
la industria siderúrgica checa. El plan, aprobado por este país, prevé
asignar el equivalente a 550 millones de dólares para impulsar la
reestructuación del sector, mientras que la Comisión Europea recomienda que
esa suma se eleve a 850 millones. La Unión Europea dio a entender que, a
pesar de que aprecia altamente la legislación checa, no es posible cerrar
ese capítulo debido a la falta de un plan nacional de restructuración de la
siderurgía. La dudosa ayuda del Estado a los bancos de este país fue otro de
los temas deliberados por el titular checo de Industria y Comercio, Miroslav
Gregr, y el ministro de Hacienda, Jiri Rusnok, con representantes
comunitarios.