Los círculos políticos checos rechazaron enérgicamente la propuesta del
canciller de Austria, Wolfgan Schussel, de que Praga podría eliminar los
Decretos de Benes y meditar sobre la eventual reparación voluntaria de los
sudetoalemanes. El portavoz gubernamental checo, Libor Roucek, recordó que
entre la República Checa y Austria existe un convenio, firmado en 1974, en
el que Viena se comprometió a no exigir ninguna reparación económica. El
portavoz recordó que el acuerdo toma en cuenta también a los sudetoalemanes
que se encontraban en Austria. Por su parte, el presidente para las
Relaciones Exteriores de la Cámara de diputados, Lubomír Zaorálek, dijo que
rechazaba cualquier conversación sobre reparación, a la vez que insistió en
que no comprendía qué pensaba el canciller austríaco con eso de "reparación
voluntaria".