El presidente checo, Václav Klaus, confirmó que quiere
introducir una excepción permanente en el Tratado de Lisboa referente a
la aplicación de la Carta de Derechos Fundamentales de la Unión Europea.
En un comunicado publicado este viernes, Klaus, además, volvía a
criticar múltiples aspectos del Tratado que considera que "agudiza
los
problemas de la UE". La condición de Klaus la hizo pública
este jueves el primer ministro sueco, Fredrik Reindfelt. Klaus, que no
había informado a la diplomacia checa de sus planes, ya que ni el primer
ministro, Jan Fischer, ni el ministro de Asuntos Exteriores, Jan Kohout,
declararon estar al corriente de tal información, criticó la
indiscreción de Reindfelt. Los temores del presidente tienen que ver con
la posible reclamación de propiedades en Chequia y Eslovaquia de
deportados alemanes tras la Segunda Guerra Mundial. Expertos en derecho
constitucional consultados por la agencia de noticias ČTK, niegan que el
Tratado de Lisboa pueda afectar a la ley a ese respecto, los llamados
Decretos de Beneš. El primer ministro, Jan Fischer, insistió en la
tarde del viernes que sigue siendo posible la ratificación del Tratado
antes de que acabe el año.