Los ministros por el Partido de los Verdes se niegan a respetar las tareas
que se desprenden del plan de medidas anticrisis a corto plazo, que este
lunes fueron debatidas por el Gobierno. El primer ministro, Jan Fischer,
acordó la aplicación de esas medidas en una reunión tripartita,
efectuada la semana pasada. Los sindicatos y las patronales consideran
importante permitir, por ejemplo, finalizar la construcción de la central
electronuclear de Temelín y reconstruir la planta de Prunéřov, para
ofrecer nuevos puestos de trabajo. Por su parte, el líder de los Verdes,
Ondřej Liška, calificó la postura gubernamental como una victoria del
lobby industrial. Liška recalcó que los Verdes se decidirán esta semana
si sus ministros permanecerán en el Gabinete en vista de esta situación.