Veterinarios de la República Checa encontraron y pararon la venta de
alrededor de una quinta parte del total de 4.500 kilogramos de carne de
cerdo que tenía posibilidades de estar contaminada y que entre finales
del
año pasado y el comienzo de este fue importada desde Alemania a la
República Checa. El resto, ha sido consumida. Según declaró el ministro
de Sanidad, Ivan Fuks, este lunes, no se pudo hacer más por culpa de la
deficiente información que se envió en su día desde Alemania. Pero
además, podría llegar más carne contaminada en productos elaborados,
dijo el ministro, y por eso quiere que se elabore una nueva ley para
conocer mejor el origen de la carne en productos como el salami o los
embutidos, entre otros.