El presidente checo, Václav Klaus, dijo que no entendía las
preocupaciones de los educadores, en el sentido de que en el futuro
debería ser el director del centro educativo quien decida sobre el
salario
de los profesores. Según Klaus, el nuevo sistema sería mucho más justo,
ya que mientras un funcionario ministerial no puede conocer las
capacidades
de cada uno de los educadores, los directores de las escuelas sí las
conocen. Klaus calificó la huelga de los enseñantes de una tontería,
mientras que el ministro de Educación, Josef Dobeš criticó la
actividad,
más cuando en enero aumentarán los salarios de los profesores.