Los restos mortales de los tres soldados checos asesinados en Afganistán
por un atacante suicida llegaron este miércoles a Praga.
Un avión de las Fuerza Aérea transportó los cuerpos de Martin Marcin,36
años, Kamil Beneš, 28 años, y Patrik Štěpánek, 25 años.
El presidente de la República, Miloš Zeman, el primer ministro, Andrej
Babiš, el comandante del Estado Mayor, Aleš Opata, el ministro de Defensa
Lubomír Metnar, familiares de los soldados y altos cargos del Ejército y
representantes políticos asistieron a una ceremonia que tuvo lugar en el
propio aeropuerto.
Los tres soldados fueron ascendidos de manera póstuma y el presidente
Zeman anunció que les concederá la medalla al heroísmo el próximo 28 de
octubre con motivo del Centenario del surgimiento de Checoslovaquia.