El primer tornado en las Tierras Checas, documentado por el cronista
Kosmas, apareció el 30 de julio de 1119 en Praga.
Los tornados nunca han sido muy comunes en el territorio checo, sin
embargo, desde mediados de los 90, se han reportado varios tornados en la
República Checa cada año. En octubre de 2018, por ejemplo, se observó un
tornado cerca de la ciudad de Rakovník, al oeste de la región de Bohemia
Central.
Un tornado es un vórtice con un eje vertical que gira hasta 500
kilómetros por hora y avanza a la velocidad de una tormenta. Puede durar
unos segundos o varias horas.
Algunos tornados, las llamadas trombas, ni siquiera tocan la superficie de
la tierra y, por lo tanto, casi no tienen efectos devastadores.
Aproximadamente diez trombas se observan en la República Checa anualmente.