En la Catedral de San Vito, en Praga, tuvo lugar una misa para recordar a
los familiares y colaboradores de los paracaidistas de la resistencia que
perpetraron el asesinato del protector nazi Reinhard Heydrich en mayo de
1942.
Después del operativo, los paracaidistas se escondieron en la cripta de
una iglesia ortodoxa en Praga durante tres semanas hasta que su escondite
fue revelado.
Tres fueron asesinados durante un fuego cruzado con los nazis; los otros
cuatro se quitaron la vida en lugar de ser capturados por los nazis. El
sacerdote y el obispo que ofrecieron refugio a los soldados fueron
asesinados más tarde.
En la misa, oficiada por el Primado de la Iglesia católica, cardenal
Dominik Duka, estuvieron presentes representantes de otras iglesias,
soldados, veteranos de guerra y varias organizaciones ciudadanas.
Duka señaló que el asesinato de Heydrich no fue un acto terrorista, que
fue sobre todo una prueba de amor por el hogar, la patria y la nación.
Agregó que le gustaría ver una placa conmemorativa para recordar a estos
héroes en la catedral.