Maestros de toda la República Checa participaron en una huelga este
miércoles. Según los educadores, el Gobierno no cumple sus promesas en
cuanto al prometido aumento de los salarios.
Más de la mitad de las escuelas se sumaron a la huelga de alguna manera,
1221 estaban cerradas, 2743 limitaron su funcionamiento y cerca de 3000
escuelas se adhirieron de forma simbólica, expresando su apoyo a los
huelgistas.
El ministro de Educación, Robert Plaga, dijo que estos números no
corresponden a la realidad y calificó la huelga de fracaso sindical.
Según el primer ministro checo, Andrej Babiš, los educadores no tienen
razón y la huelga fue injustificada. Por otra parte, el presidente del
Partido Cívico Democrático, Petr Fiala, expresó su apoyo a los
huelguistas.