La compañía Arriva, filial de Deutsche Bahn, que obtuvo un contrato para
operar cuatro líneas ferroviarias exprés en la República Checa, será
multada por una serie de problemas en la región de Liberec.
Arriva comenzó a operar a principios de diciembre, pero sus trenes se han
retrasado y la compañía también tiene problemas con el sistema de
facturación.
La administración regional dice que a menos que todo funcione sin
problemas a mediados de enero a más tardar, considerará rescindir el
contrato.
El contrato de 45 millones de euros cubre cuatro líneas desde Praga a las
ciudades de Tanvald, Nový Bor, Rakovník y České Budějovice.
Según el contrato, Arriva operará las líneas por tres años, con la
opción de extender el contrato por otros dos años.