A 18 años de la Revolución de Terciopelo, checos siguen apretándose los cinturones

17 ноября 1989г., Прага

Dieciocho años han transcurrido este sábado desde aquél histórico 17 de Noviembre de 1989, cuando en la entonces Checoslovaquia una marcha de protesta estudiantil, que fue brutalmente reprimida por la policía, impulsó el inicio de la llamada Revolución de Terciopelo.

17 de noviembre de 1989
Dieciocho años han transcurrido este sábado desde aquél histórico 17 de Noviembre de 1989, cuando en la entonces Checoslovaquia una marcha de protesta estudiantil, que fue brutalmente reprimida por la policía, impulsó el inicio de la llamada Revolución de Terciopelo.

Miles de ciudadanos salieron entonces a las calles en las ciudades checas para demandar la libertad, la democracia y el respeto a los Derechos Humanos. La revolución culminó con la derrota del comunismo y la instauración de un régimen democrático en el país.

Transcurridas casi dos décadas de aquellos acontecimientos, estudiantes, políticos y ciudadanos en general recordaron el aniversario del 17 de Noviembre en numerosos actos conmemorativos que se han celebrado en varios lugares de la República Checa.


Mientras unos celebran otros critican al Gobierno por las bajas pensiones y salarios y por el brusco aumento en los últimos meses de los precios de los alimentos, la energía eléctrica, los transportes y la vivienda.

Según datos publicados el lunes por la prensa local, en octubre se registró una inflación del cuatro por ciento con respecto al mismo mes del año pasado. Se trató del mayor crecimiento desde el año 2002. Los economistas pronostican que el próximo año los precios volverán a subir, debido al incremento del IVA en los productos de consumo.

Todo parece indicar que los checos seguirán apretándose los cinturones muchos años más, de lo que en los años noventa, después de la Revolución de Terciopelo, aseguraron los líderes políticos. La esperanza de que el nivel de vida de los ciudadanos checos alcanzase el nivel de los habitantes de los países avanzados de Europa Occidental, va pasando a la categoría de ciencia ficción.


Y como si eso fuera poco todavía, la Alcaldía de Praga aprobó el martes el incremento del precio del transporte público en la capital checa en algo más del 20 por ciento, a partir del uno de enero de 2008.

Pero, hay que ser justos con los concejales de Praga que hicieron lo posible para proteger a los habitantes de la capital. La Compañía de Transporte Público propuso un incremento del 50 por ciento, mientras que los concejales fueron más moderados. Se negaron asimismo a cancelar el transporte gratuito para las personas de más de 70 años de edad.

Petr Hulínský, presidente del consejo financiero del Ayuntamiento de Praga, insistió en que no se podía aceptar lo que proponía la compañía de Transporte Público.

“Los precios propuestos por la compañía de Transporte Público de Praga son exagerados. La idea de elevar el precio del cupón anual en unos 60 euros y cancelar el transporte público gratuito para las personas mayores de 70 años es inaceptable”, sostuvo Hulínský el martes antes de la sesión del Ayuntamiento.

El alcalde mayor de Praga, Pavel Bém acotó posteriormente que estaba satisfecho con el compromiso adoptado. Lo que no está claro todavía es, cómo aceptarán ese compromiso los ciudadanos de la capital checa, para quienes cada alza de precios significa una nueva carga para la canasta familiar.


La Corte Europea de Derechos Humanos, de Estrasburgo, culpó esta semana a la República Checa de haber violado los derechos fundamentales de 18 niños gitanos de la región de Ostrava, al noreste del país. La sentencia sostiene que a finales de los años noventa el Estado Checo puso a esos menores de edad en escuelas especiales para niños con problemas de aprendizaje, por lo que recibieron una educación de calidad inferior a la que se recibe en las demás escuelas.

El Tribunal de Estrasburgo recalcó que, a raíz de ello, fue impedido el avance social y económico de los niños gitanos. El Estado Checo debe indemnizar a cada uno de los niños con cuatro mil euros por el perjuicio moral causado, y cubrir los gastos del proceso judicial que llegan a unos diez mil euros.

Y ¿quién pagará todo eso? Pues, serán otra vez los ciudadanos, a través de sus impuestos. Otro impulso para seguir apretándose los cinturones. El abogado de las familias gitanas, David Strupek, aplaudió la decisión del Tribunal.

„El veredicto representa un importante precedente. La Corte nunca antes se había dedicado a un caso tan importante en lo que atañe a la denominada discriminación oculta. Esto puede influir la decisión de tribunales en la República Checa y en otros países del mundo”, dijo Strupek.

Lo absurdo del caso es que la Corte Europea de Derechos Humanos hizo en ese momento un reconocimiento a la República Checa por sus esfuerzos de integrar a niños gitanos con problemas educativos en la enseñanza básica.

Antes del año 2005 más del 75 por ciento de los niños gitanos frecuentaban escuelas especiales. A partir del uno de enero de 2005 fue suprimido ese tipo de escuelas. Los niños con problemas de aprendizaje pueden estudiar en escuelas básicas normales o solicitar su integración en centros escolares con programas educativos específicos. Éstos acomodan la enseñanza a las diferentes limitaciones educativas que puedan tener los niños.


Esta semana se habló también de literatura. En la Universidad Carolina fue presentado el libro “El paraíso ilustrado”, que es el primer libro en español dedicado al naturalista checo, Tadeo Haenke, quien recorrió el mundo con la expedición del italiano, Alejandro Malaspina, en el siglo XVIII.

En el libro, publicado recientemente en España, trabajaron especialistas checos, franceses, italianos y españoles. La obra es acompañada de reproducciones de herbarios, fragmentos de diarios navales y dibujos.