Un nuevo respirador checo centra la atención de la OTAN

Foto: Eva Malá, ČRo

Los científicos e ingenieros checos se anotaron un nuevo éxito a nivel internacional. Desarrollaron un respirador, cuyas cualidades fueron apreciadas entre otros, por la OTAN y la Marina de Estados Unidos.

Foto: Eva Malá,  ČRo

La gran escasez de equipos de protección antivirus que se hizo patente durante la crisis de COVID-19, impulsó a los ingenieros y científicos de muchos países a desarrollar nuevos artículos que garantizaran un alto nivel de seguridad ante diferentes enfermedades contagiosas. El respirador RP95-M, desarrollado en el Instituto Checo de Informática, Robótica y Cibernética de la Escuela Superior Técnica de Praga (ČVUT) testimonia que los expertos checos tampoco se quedaron con los brazos cruzados.

Foto: Petr Kološ,  ČRo

El mencionado respirador fue desarrollado en un tiempo récord de un par de meses y, gracias a la cooperación con varias empresas de la República Checa, actualmente se fabrica ya en serie. Además, hace poco el respirador RP95-M, que tiene un grado superior de seguridad, recibió la certificación europea lo que le abre el camino a los mercados internacionales, como dijo a la Televisión Checa Alexandr Lazarov, uno de los autores de este artículo.

”Ello significa que ahora podemos iniciar su venta a toda la Unión Europea gracias justamente a la certificación europea que reafirma el certificado nacional. Estos documentos confirman la alta seguridad del artículo en cuestión. Puede ser utilizado por ello por personas que necesitan una máxima protección, debido a que trabajan en lugares más expuestos al peligro de infección. Estamos muy contentos de que hayamos conseguido todo esto y esperamos que nuestro respirador ayude sobre todo a los médicos y otro personal sanitario, así como a sus demás usuarios potenciales”.

De acuerdo con Lazarov, la idea de desarrollar un equipo de protección facial contra el nuevo coronavirus surgió a mediados de marzo, cuando un grupo de estudiantes y profesores del Instituto Checo de Informática decidieron ensayar un respirador con ayuda de una impresora 3D. Tras los primeros resultados positivos se adhirieron otros especialistas, pero no todo fue tan fácil como pudiera parecer a primera vista. Sobre todo para lograr adaptar el modelo en 3D para una fabricación en serie. En la entrevista para la Televisión Checa Alexandr Lazarov indicó que hubo que superar en especial numerosos problemas de orden tecnológico para conseguir un máximo nivel de seguridad del respirador. Pero al final lograron el resultado deseado.

”Creo que podemos estar orgullosos de nuestro trabajo. Hemos demostrado que los científicos checos son capaces de enfrentar la competencia internacional. En un tiempo breve logran desarrollar y ofrecer un producto competitivo, efectivo y funcional”.

Chequia ofreció la posibilidad de aprovechar los datos para la impresión del respirador en 3D y estos son utilizados ya por instituciones en 30 países. Gran interés manifestaron también la Marina de Estados Unidos y la OTAN, como indicara Alexandr Lazarov.

”Con la Marina de Estados Unidos hemos comunicado en relación con la versión en 3D. Ellos bajaron los datos que hemos ofrecido para la impresión de nuestro respirador, y luego lo ensayaron en sus soldados y marineros. Las repercusiones fueron muy positivas y hemos recibido una carta de agradecimiento muy bonita de parte de la Marina estadounidense. También la OTAN aprovechó la impresión en 3D y aplaudió las cualidades del respirador. En base a ello negociamos ahora sobre el suministro a la OTAN de respiradores fabricados en serie desde finales de abril por la compañía nacional Cardam”.

El filtro de los nuevos respiradores checos RP95-M está situado de uno de los lados para ofrecer más comodidad a sus usuarios, sobre todo a los médicos y personal sanitario al atender a los pacientes. La vida útil del filtro, de acuerdo con Lazarov, es ilimitada en condiciones normales, pero al encontrarse su usuario en un ambiente de riesgo de infección, debería cambiarse una vez cada siete o catorce días. Pero en un ambiente de alto riesgo, donde se supone la acumulación de partículas de polvo, bacterias y virus, se recomienda esterilizar el filtro cada dos días.