Ciencia

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"Ya podemos consultar un mapa de áreas contaminadas en la República Checa", "En el cosmos giran Smetana, Dvorák, Kafka y Hasek"- éstos son los temas que abordamos en la presente edición.

Mapa de áreas contaminadas

El Ministerio de Medio Ambiente ha publicado un mapa que registra todos los lugares contaminados de la República Checa. Los expertos necesitaron cinco años para su elaboración.

En el mapa figuran siete mil áreas contaminadas, como vertederos o zonas con agua poluida. Muchas áreas han sido dañadas por el uso inadecuado de abonos, de los que se liberan sustancias tóxicas. Algunas tierras están contaminadas por pesticidas. Los expertos del Ministerio del Medio Ambiente calculan que el saneamiento de las áreas contaminadas por sustancias tóxicas exigiría veinte años.

El mapa revela que el mayor número de áreas afectadas por la contaminación está situado en Praga y en sus alrededores, y en las comarcas de Ústí, Ostrava y Olomouc.

Por otro lado, las zonas más limpias de la República Checa son Bohemia del Sur y la Meseta Checomorava.


En el cosmos giran Smetana, Kafka y Hasek

El primer asteroide fue descubierto en 1801 por el astrónomo italiano Giuseppe Piazzi que lo bautizó con el nombre de Ceres, patrona divina de Sicilia donde estaba situado su observatorio.

La mayoría de los asteroides - y son centenares de miles - giran al alrededor del Sol entre las órbitas de Marte y Jupiter, pero algunos se descarrilan y llegan a cruzar la trayectoria de la Tierra, y por eso tiene sentido estudiarlos.

El primer científico oriundo de las tierras checas que estudió los asteroides fue Johann Palisa, nacido en la ciudad silesia de Opava, situada en el nordeste de la actual República Checa. Palisa descubrió un centenar de asteroides, bautizando dos de ellos con los nombres de Oppavia y Silesia.

En 1911 descubrió el asteroide Albert, pero después de un mes dejó de verlo en el firmamento. Hace cinco años, un astrónomo de Arizona redescubrió Albert, esta vez ya con ayuda del método fotográfico.

En 1925 descubrió un asteroide durante su estancia en un observatorio en Argel el astrónomo checo Emil Buchar, de 24 años, que lo bautizó con el nombre de su mamá-Tynka.

En la búsqueda de asteroides destacaron el astrónomo checo Lubos Kohoutek que trabajaba desde 1970 en el observatorio de Hamburgo, el grupo del observatorio de Klet, encabezado por Antonín Mrkos y que hoy dirige Jana Tichá, y los científicos del observatorio de Ondrejov Petr Pravec y Lenka Sarounová.

Este pequeño grupo de científicos, integrado por una docena de astrónomos, descubrió medio millar de asteroides que llevan nombres checos y eslovacos. El bautizo de los asteroides se rige por severas reglas internacionales: estos cuerpos celestes no pueden ser bautizados con nombres de políticos, militares y personalidades religiosas si no han pasado 200 años desde su muerte.

La única excepción entre los asteroides checos es el Palach, descubierto en agosto de 1969 por Lubos Kohoutek. El astrónomo optó por este nombre, conmocionado por el sacrificio del estudiante Jan Palach que se autoinmoló en protesta contra la ocupación soviética de Checoslovaquia.

Como asteroides giran en el espacio Federico Smetana, Antonín Dvorák y Leos Janácek. También existen asteroides Kafka, Freud, Zátopek y Hasek. Lo curioso es que con estos nombres los han bautizado astrónomos extranjeros.