Un checo salvó la raza más apreciada de marta cebellina

Marta cebellina, foto: Tokumi, Wikimedia Commons

En esta edición les hablaremos del zoólogo checo, Zenon Svatos, que salvó en Rusia una preciosa raza de marta cebellina.

Marta cebellina,  foto: Tokumi,  Wikimedia Commons
La familia de Zenon Svatos, oriunda de la ciudad checa de Chrudim, se mudó a Rusia en 1881 y el futuro naturalista nació en el pueblo cosaco de Krymskaya en 1886. Svatos era un hombre romántico, un apasionado viajero y un gran amante de la naturaleza.

La carrera profesional de Zenon Svatos empezó en el Museo de Zoología de San Petersburgo. En 1911 se dirigió a esa institución científica el príncipe Gorchakov que preparaba una expedición para África. Gorchakov pidió que el museo le cediera a su taxidermista mejor preparado. La administración del museo escogió sin un instante de vacilación al checo Zenon Svatos. E hizo bien. La colección reunida por Svatos enriqueció significativamente las colecciones del museo.

Tras regresar de África, Zenon Svatos se incorporó a una expedición a las islas Spitzbergen donde recogió flora y fauna marinas y estudió la avifauna antártica. Svatos y dos expedicionarios más desembarcaron posteriormente en la península de Kola y ello les salvó la vida. El resto de la expedición a bordo del buque Hercules desapareció sin vestigios.

En otoño de 1913 Zenon Svatos volvió a hacer las maletas y abandonó San Petersburgo. A la expedición de la que formaba parte le esperaba una importantísima tarea: la de averiguar qué había pasado con la marta cebellina de la sierra de Barguzin, a orillas del lago Baikal y por qué ya sus pieles no venían a la corte del zar.

La marta cebellina tiene un pelaje espeso y suave como terciopelo. Pieles de marta cebellina solían adornar las coronas de los zares. El zar Iván el Terrible emitió incluso la orden de decapitar a cada súbdito suyo que vendiera a un extranjero un solo ejemplar vivo de marta cebellina.

Como la mejor raza de marta cebellina se considera la de la sierra de Barguzin, en la orilla del lago Baikal.

Cuando el 1 de julio de 1914 los miembros de la expedición de la que formaba parte Zenon Svatos llegaron al caserío de Sosnovka, encontraron allí sólo un reducido grupo de evencos nativos que vivían en chozas. La aldea más cercana distaba 150 kilómetros, lo que suponía un viaje de diez días.

Svatos instaló en el asentamiento de los evencos un sencillo laboratorio y los integrantes de la expedición, aislados de la civilización, estudiaron durante dos años la población de la marta cebellina y su hábitat. El resultado de sus investigaciones fue chocante: de los millares de ejemplares de la más valiosa raza de marta cebellina de la sierra de Barguzin quedaban tan sólo unos 40. Urgía fundar una reserva.

La reserva de Barguzin, a orillas del lago Baikal, fue fundada en 1916. Zenon Svatos le dedicó treinta años de su vida, trabajando primero al servicio del zar y posteriormente del gobierno soviético. Svatos empezó como guardián de la reserva y con el tiempo llegó a ser su director.

Al principio los guardianes de la reserva tuvieron que luchar con los cazadores furtivos que no querían abandonar la rentable caza y estaban dispuestos a hacer todo lo posible para obtener pieles de marta cebellina.

Zenon Svatos y su mujer arriesgaban frecuentemente sus vidas en la custodia de la reserva de marta cebellina.Trabajaban en condiciones increíblemente difíciles. En invierno se abrían camino en la nieve con temperaturas que rondaban los 30 grados bajo cero. En verano se hundían en las ciénagas, atacados por enjambres de mosquitos. Debían evitar también encuentros desagradables con los osos, las fieras más temibles de la taiga.

Debido al desgobierno y al caos que reinaba en Rusia tras la revolución que derrocara en 1917 al zar, Svatos no recibía dinero de las autoridades para pagar al personal de la reserva. El zoólogo se vio obligado a vender durante años sus objetos personales, como muebles y trajes, para poder remunerar a los guardas. Así, a costa de grandes sacrificios personales Zenon Svatos salvó la raza más apreciada de marta cebellina.