El Museo Nacional de Praga afronta su mayor renovación

Panteón de la Fama, foto: Kristýna Maková

Después de casi 200 años, el Museo Nacional entra en un período de reformas que durará hasta 2018. El edificio principal del Museo Nacional fue construido en 1891, en 120 años no ha sido reformado y durante el siglo XX resultó dañado a causa de la Segunda Guerra Mundial en 1945 y durante la invasión soviética en 1968. Además el metro de Praga pasa por debajo del edificio y eso también ha contribuido a su deterioro.

Panteón de la Fama,  foto: Kristýna Maková
La reconstrucción del Museo Nacional busca preservar el trabajo realizado por el arquitecto Josef Schultz y no se van a realizar grandes cambios arquitectónicos. Las principales intervenciones se concentran en un par de aspectos: techar dos grandes patios para poder tener un nuevo espacio para las exposiciones y otro para las visitas y hacer un túnel para conectar el antiguo y el nuevo edificio del Museo. El plan es unir los dos edificios con un túnel subterráneo que albergará una exposición del siglo XX, la plaza de Wenceslao y la Historia checa.

El director del departamento de exposiciones del Museo, Michal Stehlík ha manifestado que las reformas no sólo están enfocadas a mejorar su estado físico, sino que era necesario modificar ciertos aspectos del Museo ya que la tecnología es vieja y las exposiciones están anticuadas.

Michal Stehlík,  foto: Khalil Baalbaki
"Cambiaremos todas las exposiciones permanentes en el edificio histórico porque las antiguas versaban sobre arqueología, mineralogía, zoología y demás...muy buenas para excursiones escolares, pero no muy modernas e interactivas como otras exposiciones de museos británicos y alemanes. Queremos preparar nuevas exposiciones basadas en la Historia checa, Historia natural o numismática...entre otras".

Durante los trabajos de reconstrucción se han tenido que trasladar muchas exposiciones para que sigan siendo accesibles al público. Muchos de los objetos del Museo han sido trasladados a Terezín o Horní Pocernice y otras piezas están siendo restauradas debido al daño causado tras muchos años en exposición permanente debido a la luz, temperatura...Pero Michal Stehlík está convencido de que todas las piezas serán expuestas de nuevo en 2018.

El Panteón de la Fama será reconstruido durante las reformas, pero Stehlík tienen dudas de quién va a tener un lugar en el Panteón. Ya durante el siglo XX se realizaron diversos cambios y ahora se discute quién estará en 2018.

"Sí, el salón de la fama será reconstruido pero la cuestión que ahora se debate es a quién se le debe dar un lugar en el Panteón"

Michal Stehlík admite que el Museo tiene que afrontar mejoras de cara a las visitas extranjeras, que son el segundo gran objetivo a atraer para el Museo, después de las visitas escolares. A parte de preparar la información en otros idiomas, Stehlík ha reconocido que es necesario dotar a los visitantes extranjeros de un contexto histórico y cultural sobre la cultura checa y su conexión con la Historia europea.

"Los checos que visitan el Museo ya conocen nuestra Historia, pero para los visitantes extranjeros, es necesario explicar más. Es una cuestión que debemos tomarnos muy en serio sobre la que estamos trabajando intensamente para poder ofrecer un mejor servicio".

En busca de un nuevo lugar para el cerebro de František Palacký

Michal Lukeš y la caja con el cerebro de František Palacký,  foto: Martina Schneibergová
Uno de los acontecimientos que más ha llamado la atención del público y de los medios ha sido la relocalización del cerebro del célebre historiador y político checo František Palacký, conocido como uno de los padres de la nación checa, nacido en Moravia en 1798 y fallecido en 1876.

Después de su muerte, algunas personas del Museo Nacional tuvieron la idea de conservar su cerebro, separado del resto de su cuerpo. Se obtuvo el consentimiento de la familia, y el órgano fue guardado en los depósitos del Museo Nacional. No se sabe muy bien por qué se hizo esto, puede que hubiera algún tipo de razón científica porque en 1901 la Universidad Carolina de Praga llevó a cabo un estudio médico del cerebro.

El busto de František Palacký,  foto: Martina Schneibergová
Desde 1958 el cerebro ha estado en el Panteón del Museo Nacional, en el salón de la fama, dedicado a importantes personalidades de la Historia checa, estos días ha sido trasladado a la casa donde vivió el historiador en Praga.

La familia, el público y los expertos decidirán qué hacer de nuevo con el cerebro: puede ser enterrado de nuevo con el resto de su cuerpo o devuelto al panteón, es una decisión de la familia y del director del Museo Nacional, pero hay abierto incluso un debate público en la web del Museo, tal y como ha afirmado Michal Stehlík.

"Ya sé que el cerebro de Palacký es una reliquia del siglo XIX y que hoy en día, la gente tiene otras preocupaciones a parte de discutir sobre el destino del cerebro, pero es parte de la colección del Museo Nacional y hay que tomar una decisión".

Un edificio emblemático de Praga

El histórico edificio del Museo Nacional de Praga,  foto: CzechTourism
El histórico edificio del Museo Nacional de Praga fue fundado en 1818, entonces era conocido como el Museo Patriótico de Bohemia, en 1848 tomó el nombre de Museo Checo y de 1854 a 1919 fue renombrado como Museo Real Checo. El edificio, de estilo neorrenacentista, fue realizado por el arquitecto Josef Schultz, que también realizó el Teatro Nacional de Praga, construido durante el 1885 y el 1890. El edifico está situado en lo alto de la plaza de Wenceslao, y es un símbolo de la cultura y la nación checa.

El Museo fue testigo de uno de los momentos más trágicos de la Historia checa cuando tras la Primavera de Praga, en agosto, su fachada fue dañada debido a los tiros de los tanques soviéticos que habían invadido Praga y se dirigían a tomar los estudios de la Radio Checoslovaca.