“En un sueño de Borges, Kafka le dictó un poema”

María Kodama (Foto: autor)

Es la viuda del escritor argentino más influyente y famoso del siglo XX y como tal, dirige la Fundación Jorge Luis Borges. María Kodama llegó a la capital checa para inaugurar la primera bienal Kafka-Borges y para participar en la Feria Internacional del Libro y habló con Radio Praga.

María Kodama dice que de existir el más allá, Borges y Kafka se llevarían literariamente bien en él, tendrían un diálogo interesante.

Hablarían, quizás, de la enorme influencia que ambos ejercen en los escritores del mundo entero, influencia que desde este martes será diseccionada en la primera Bienal Kafka-Borges, Praga-Buenos Aires.

Kodama, de padre japonés pero nacida en Buenos Aires, traductora del islandés, lengua que le interesaba mucho a Borges, espera que la bienal sirva para que Argentina y República Checa refuercen sus lazos de amistad.

“Lo importante es haber establecido un nexo entre dos escritores y dos ciudades, dos escritores que amaban sus ciudades, un poco la parte por el todo, entonces es como establecer la amistad de la forma más profunda que puede establecerse entre los países que es a través de la inteligencia, ¿no cierto? A través de la literatura, del arte, de la ciencia, de lo que es la inteligencia”.

María Kodama  (Foto: autor)
Sobre el posible nexo entre la obra de Kafka y Borges, María Kodama explica:

“Son dos literaturas muy diferentes, naturalmente, dos personalidades totalmente diferentes. Pero Borges reconoció desde el comienzo la importancia y la complejidad de Kafka. Y aún en una traducción imaginaba cómo debia ser ese autor en la lengua original. La atracción va como de escritor a escritor, fundamentalmente por el desarrollo de los temas y por la originalidad con que presenta ese mundo asfixiante que padecía Kafka”.

También recuerda una anécdota que refleja el cariño y respeto que Borges sentía por el atribulado escritor checo.

“Una mañana nos despertamos en Estados Unidos y él me dijo que iba a dictarme un poema, al que le puso un título en alemán, Ein Traum, que quiere decir un sueño. Es un poema muy breve donde el protagonista es Kafka. Borges siempre corregía, vivía corrigiendo. Ese poema me llamó la atención porque al cabo de dos reediciones no lo había corregido. Entonces yo le pregunté: ‘Pero Borges, qué extraño. Corrige todo y eso no’. Y él me dijo: ‘Ah, no puedo, porque ese poema no es mío, ese poema me lo dictó Kafka en un sueño, no es mío, es de Kafka, entonces yo no lo puedo tocar’. Y es el único poema en toda su obra que jamás fue corregido”.

María Kodama recuerda que con Borges se trataban de usted porque así lo decidieron.

“En las provincias, todavía, los matrimonios se tratan de usted. Pero sí, él quería tratarme de vos, yo lo trataba de usted, entonces me dijo que así no podía funcionar, porque si no era como si él me tratara de bajo. Entonces, me dijo que si yo quería que nos tratáramos como las viejas parejas criollas, okay, entonces nos íbamos a tratar de usted”.

A la pregunta de cómo era convivir con un genio, asegura que divino.

“Divino, porque en la vida normal y cotidiana no era un genio, era un genio cuando escribía, era un genio cuando hablaba, pero no tenía ninguno de los estereotipos que tienen los genios, o que se les atribuye a los genios, el mal humor, el ostracismo, la tristeza, para nada, era todo lo contrario, me ayudaba a mí a recoger la mesa y además tenía un enorme sentido del humor, era sumamente divertido”.

Respecto al Premio Nobel, que Borges nunca recibió, Kodama es tajante.

Jorge Luis Borges  (Foto: CTK)
“Afortunadamente Borges se quedó sin el Nobel, porque como él decía, se ha convertido en el mito escandinavo, el hombre al que nunca le dieron el Nobel, así que estaba contentísimo de que no se lo dieran. Un día se encontró con un señor por la calle que le dijo: ‘Ay, maestro, qué dolor, cada vez que lo pierde es un duelo nacional. Yo le voy a pedir a Dios para el año próximo’. ‘No, Dios lo libre, eso es imposible, si me lo dan, me voy a convertir en un número en una lista. Si no me lo dan soy el mito escandinavo, y es mucho mejor ser el mito escandinavo’, así que está contentísimo de que no se lo dieran”.

Si tuviera que elegir entre la prosa y la poesía de Borges, afirma que no podría.

“Es muy difícil porque para mí la prosa de Borges es una prosa poética, no es una prosa descriptiva como la de muchos otros escritores sobre todo nuevos, de este momento. Es una prosa poética que tiene un ritmo especialísimo, de modo que para mí es indiferenciable, aunque sé que uno es prosa y otro poesía, para mí es un todo de poesía, así que es muy difícil elegir entre uno y otro. Pero yo creo que sí, que él prefería ser poeta y no prosista, yo creo que sí”.

Así recuerda María Kodama a Jorge Luis Borges, quizás si el mayor escritor en español del siglo pasado.

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