Entre los afiches fílmicos checoslovacos

Sala principal de la exhibición, foto: Ana Briceño

Los afiches de película fueron en la Checoslovaquia de los años 30 y 40 parte del paisaje urbano y del imaginario popular. Fue en aquel entonces cuando comenzó una tradición artística por la que Checoslovaquia ganó renombre.

Sala principal de la exhibición,  foto: Ana Briceño
Marginados en el pasado y adorados en la actualidad, los afiches fílmicos datados entre 1931 y 1948 se exhiben ahora en el Museo de la Ciudad de Praga.

Corresponden al formato conocido en la jerga gráfica como "noodle", caracterizados por un tamaño casi gigante de un metro y medio de alto y unos 30 cm de ancho. Su tamaño los destinó a encajar perfectamente en el espacio urbano, en los tablones de anuncios de los cines así como en las columnas de muchos edificios.

El cartel de cine checoslovaco es un fenómeno artístico reconocido a nivel internacional y lo que más se conoce es la producción que va de los años 60 a los 80. Con el objetivo de desvelar al público la producción anterior a la década de los 50, Jindřich Čeladín, comisario de la colección de objetos históricos del Museo de la Ciudad de Praga, tuvo la iniciativa de reunir en una sala del museo el conjunto de afiches cuya magia está aún por reconocerse y descubrirse. Él mismo nos explica por qué.

Afiche de la película checa Ulice zpívá,  foto: Ana Briceño
"Estos afiches fueron en aquel entonces percibidos como lo más kitsch, visto peyorativamente. No obstante, ahora después de unos 80 años los podemos admirar de otra manera. Antes no se tomaban como arte sino como un medio publicitario".

Agrega Čeladín que el encanto de los carteles responde "a su forma de arte ingenuo con figuras enteras logradas por grandes manchas de colores llamativos, desarrollando así una tendencia que oscila entre el cómic, el fotomontaje y la ilustración".

Además, contienen información de los actores estelares y directores, lo que era una novedad en la época. Los artistas se inspiraron básicamente en los carteles realizados en Estados Unidos. De hecho, alguna de las películas para las que se hicieron afiches en aquella época son clásicos universales como la cinta "Heidi" y el afiche que se le hizo en Checoslovaquia a la versión cinematografica suiza de la historia de 1937. Otra clásica, pero solo para la audiencia checoslovaca, es "Ulice zpívá" en la que destaca la interpretación del actor y director Vlasta Burian, conocido en Chequia como "el rey de los comediantes".

Una exhibición para todas las generaciones

Jindřich Čeladín,  comisario de la Colección de Objetos Históricos del Museo de la Ciudad de Praga,  foto: Ana Briceño
Es la vieja generación la que conoce la mayoria de las películas a las que hacen honor los carteles de la exposición. Sin embargo, confiesa su comisario que no tenía en mente a ningún público concreto cuando la estructuró.

"Egoístamente pensé en mí mismo, yo la monté de manera que me gustase a mí. Sin embargo, claro que está muy encaminada a un público mayor al que le gustan esas películas viejas y que las ha visto. En general, todos estos afiches son tan atractivos que, por supuesto, son para gente joven también. No son artísticamente difíciles, son más bien de formas sencillas, casi pop-art".

Como menciona Čeladín, el estilo pop-art de los carteles es lo que permite que sean cercanos y familiares para los jóvenes aunque no hayan visto las películas. Nos comenta cómo ha reaccionado el público a la muestra.

"A la gente le gusta mucho el aspecto popular de los afiches, el hecho de que sean alegres. Eso me lo ha dicho mucha gente, que irradian alegría a pesar de que algunos de ellos son de esa mala época de la post-guerra. Sin embargo, los afiches son diferentes, a través de ellos esto no se puede percibir. Aquí todo es fantástico y risueño. A mucha gente le gusta que no es una exhibición depresiva, es para despejarse".

Muestras de los antiguos programas de cine,  foto: Ana Briceño
En vista de que los afiches expuestos fueron en su momento menospreciados desde una perspectiva artística, es muy poco lo que se sabe de sus creadores. De hecho, muchos son anónimos, pero algunos hay de cierto renombre, como Josef Burjanek (1913-1992) y su taller de pintores.

"Era un taller bastante conocido por realizar muchos objetos publicitarios. Hacía afiches, objetos de menor tamaño y otras piezas que no tenían relación con películas. Artículos propagandísticos de diferente naturaleza, no era un taller solo para carteles fílmicos sino de publicidad general de artículos, por ejemplo, de hasta jabones".

La época dorada del cartelismo checoslovaco

Afiches de la época socialista,  foto: Ana Briceño
Después del fin de la Segunda Guerra Mundial y con la llegada al poder de los líderes del Partido Comunista Checoslovaco en 1948, empezó una larga temporada de restricción de libertades, mas no así para los artistas gráficos. Nos explica Jindřich Čeladín.

"Esa fue la época dorada de los afiches. Los comunistas no necesitaban propagar tanto las películas en términos publicitarios sino verificar que fuesen ideológicamente aceptables. Como consecuencia de ello, los artistas podían hacer lo que quisiesen, es lo que explica que tuviesen un nivel artístico tan alto. Empleaban a artistas, pintores y estos podían hacer, en términos de estética, lo que deseasen con tal de que no hubiese contenido en contra del régimen".

Los artistas y diseñadores gráficos encontraron un espacio en la industria del cine de la época y en los organismos oficiales encargados de su gestion, agrega nuestro entrevistado.

Muestras de carteles,  foto: Ana Briceño
"Había una sección encargada de la propagación fílmica y enmarcado en esto había artistas plásticos que vivían de su talento. No solo hacían afiches de cintas cinematográficas, sino afiches de apoyo a la ideología como cuando había algún aniversario importante, como la Revolución de Octubre".

Un fenómeno polaco y checoslovaco

Según los conocedores del tema la vecina Polonia llevó la batuta en cuanto al cartelismo se refiere desde la década de los 50 y Checoslovaquia fue el otro país de Europa Central que, por decirlo de alguna manera, heredó dicho talento y lo explotó desde los años 60 hasta entrados los 80.

El Museo de la Ciudad de Praga,  foto: VitVit,  CC BY-SA 4.0
En la década de los 70 se hacían incluso exposiciones de pósters de películas polacas y checoslovacas en las que se reconocía y premiaba la labor de los creadores.

Lo que antes era tarea de un pintor en la actualidad es un proceso mecánico y anónimo sobre el que nos da su opinión Čeladín.

"En la actualidad yo diría que es bastante pobre porque eso ya no la hacen los artistas plásticos, lo hacen los expertos en computación. Se trata de una única foto tomada de la película que no tiene nada artístico. Ahora la propaganda de las películas se hace más que todo en Internet o en la televisión y es visualmente diferente. Antes la propaganda se daba únicamente gracias a los carteles, lo que hoy en día es mínimo. Claro que hay algunos mejores que otros, pero nada especial, no hay mayor calidad".

Agrega que además en la producción de los afiches nadie quiere invertir ahora mucho dinero.

La exhibición además de carteles contiene figuras en escala humana de las grandes estrellas estadounidenses y checoslovacas del cine de los 30 y 40, proyecciones y una muestra de lo que, en aquellos tiempos, recibían los espectadores al comprar su entrada de cine: un programa con los datos de producción de la película y de su elenco, tal como el programa de una obra teatral.

La exposición se mantendrá en el Museo de la Ciudad de Praga hasta el 22 de marzo y se prevé su extensión.

Autor: Ana Briceño
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