Uno de los guetos judíos mejor conservados se esconde en Police na Třebíčsku

Sinagoga en Police, foto: Michal Malý

El pueblo de Police na Třebíčsku, en el sur de la República Checa, esconde un poco conocido gueto judío que se encuentra entre los mejor conservados de toda la República Checa. El barrio surgió en el siglo XVIII, cuando el gobernante local decidió separar a la fuerza judíos y cristianos.

Sinagoga en Police,  foto: Michal Malý
El barrio judío de Třebíč es bien conocido y se encuentra inscrito en la lista de patrimonio cultural de la Unesco, sin embargo mucho menos famoso, aunque de similares características, es el gueto judío del cercano municipio de Police, donde antes de la Segunda Guerra Mundial habitaba una numerosa comunidad hebrea, con su propio rabino, dedicada principalmente al comercio y la agricultura.

Del gueto se conservan, además de numerosas casas, el cementerio y la sinagoga, transformada actualmente en club deportivo. Pero además de la experiencia cultural y arquitectónica, el barrio destaca por la historia de su surgimiento, relativamente reciente, que tuvo lugar durante el siglo XVIII, cuando la localidad se hallaba bajo el dominio de la familia Berchtold. El historiador de Police Josef Tesař nos da más detalles.

“Sobre todo fue la condesa Marie Berchtold la que actuó de forma más cruel. Ordenó trasladar a la fuerza a los judíos que vivían en la parte cristiana de la ciudad y les otorgó una calle propia llamada V Housenci, donde construyeron nuevos asentamientos. Hicieron las casas de forma que cada cocina y chimenea tenía que ser compartida por dos familias. Esto les daba muchos problemas y ocasionaba grandes discusiones”.

El cementerio judío en Police,  foto: Michal Malý
Además del hacinamiento, los judíos de Police tenían que sufrir una estricta segregación, similar a la de otros guetos europeos, simbolizada en esta ocasión por una cadena que bloqueaba la calle, relata el cronista local Josef Kalášek.

“La condesa Berchtold ordenó situar allí una cadena que sirviera de límite y los judíos no se juntaran con los cristianos. Por la noche los judíos tenían que volver y recluirse en su calle, y no podían salir. Fue una medida muy drástica”.

Los judíos tuvieron que abandonar sus viviendas y buena parte de sus propiedades en la parte cristiana del pueblo, lo que llevó a un combate legal que llegó a Viena, entonces capital de Austria-Hungría, y en el que tuvo que intervenir el mismo emperador. Aun así se trató de una batalla perdida de antemano, comenta Tesař.

“Nunca recibieron una compensación por las propiedades que tuvieron que dejar en la parte cristiana. Aunque el tribunal de Viena estableció que debería pagárseles, esto nunca sucedió”.

Una calle judía en Police,  foto: Michal Malý
La historia de los enfrentamientos entre la comunidad judía y la condesa Berchtold no acaban aquí y cuentan incluso con un capítulo de secuestro, relata el cronista Kalášek.

“El alcalde de entonces de la comunidad judía se llamaba Ignác Landesman, que era querido tanto entre los judíos como por parte de la condesa. Era curioso, porque esta mujer no sentía mucha estima por los judíos. Ella quería atraerlo a la fe cristiana pero Landesman se resistía. Cuando nació su cuarto hijo, la comadrona lo hizo bautizar en secreto y se lo contó a la condesa. Como el bebé era cristiano, Marie Berchtold lo tomó bajo su protección. Cuando Ignác Landesman se enteró, secuestró al niño. Lo detuvieron, y por el secuestro primero tuvo que estar en el calabozo en Police, luego en Znojmo, y al final lo salvó la misma emperatriz María Teresa, que lo absolvió a cambio de que pagara una fianza, que acabó abonando toda la comunidad judía de Police”.

La presencia judía en Police data de 1534, según atestiguan las crónicas rabínicas, y los primeros habitantes de esta etnia en establecerse en el pueblo llegaron de la cercana ciudad de Znojmo.