Las bicicletas Favorit, el sueño checo con pedales

Foto: Eva Turečková

Las insignes bicicletas checas Favorit protagonizan la nueva exposición del Museo Técnico Nacional de Praga. Les contamos la historia de esta marca, recientemente renacida de sus cenizas.

Arnošt Nezmeškal con la medalla de oro de  Jiří Daler de JJ.OO. de Tokio 1964,  foto: Eva Turečková
No hay checo mayor de 30 años que no haya montado en una bicicleta Favorit o, al menos, que no haya soñado hacerlo. Pocos productos checoslovacos remiten tanto al pasado como estas bicis, la marca nacional por antonomasia, que además también recabaron un gran éxito en el extranjero.

Dentro del ciclo de exposiciones Made in Czechoslovakia, que el Museo Técnico Nacional dedica a la producción industrial checa de mayor resonancia internacional, la muestra Fenómeno Favorit repasa hasta el 30 de septiembre la historia y las mayores curiosidades de esta golosina para ciclistas.

La fábrica que es actualmente de Favorit abrió sus puertas en la localidad de Rokycany a finales del siglo XIX, aunque originalmente eran dos empresas competidoras, Tudor y Tripol. El director del Museo Técnico, Arnošt Nezmeškal, nos da más información.

“En Rokycany había dos fábricas de bicicletas. El fundador de ambas era Františk Hering, quien se peleó con su socio y abrió otra fábrica al otro lado de la calle. Así que había dos empresas que concurrían y fabricaban ya en los años 30 varios miles de bicicletas al año”.

Después de la guerra la propiedad de ambas plantas recayó en la empresa ČZ Strakonice, y el futuro de la producción quedó en vilo. En 1948, tras la toma de poder de los comunistas, comenzó a organizarse la llamada Carrera por la Paz. Esta competición ciclista puso en evidencia que en Checoslovaquia no había una fábrica de bicicletas de carreras. Se decidió así que este tipo de vehículos se produciría en Rokycany, prosigue Nezmeškal.

Foto: Eva Turečková
“Pero aquí se hacían sólidas bicicletas de paseo para que la gente fuera al trabajo, no bicis de competición. Este tipo de bicicletas las hacían en Checoslovaquia empresas privadas, pero en esa época no lo tenían muy fácil. Por eso muchos de estos fabricantes, o sus empleados, vinieron a Rokycany y allí comenzaron la tarea de desarrollar bicicletas de este tipo”.

Al final la fábrica de bicis se llamó Favorit, como una de las marcas de ČZ Strakonice, dedicada a la producción de cadenas. La planta lanzaba en sus mejores tiempos unas 200.000 bicicletas al año. Por su alta calidad, se convirtieron en un producto de exportación, que se vendía en Estados Unidos, Canadá y Alemania Occidental.

Por este motivo en la propia Checoslovaquia las bicicletas Favorit se convirtieron en un artículo escaso y preciado. Para adquirir una había que hacer cola y aun así no era sencillo conseguirla, recuerda Arnošt Nezmeškal.

“Hacerse con una Favorit cuando yo era niño era bastante complicado para la mayoría de los chicos de mi pueblo. Yo al final iba en una bici para chicas, lo que era una humillación. Comprarse una Favorit era un sueño, y uno tenía que tener conocidos dentro del sistema”.

El fénix de dos ruedas

Como muchos otros productos checoslovacos, la transición a la economía de mercado resultó fatal para la Favorit, que de pronto tenía que enfrentarse a nuevos competidores. En los 90 la empresa quebró y no fue hasta 2011 cuando la planta de Rokycany volvió a abrir, al ser comprada por el empresario eslovaco Richard Galovič, relata Nezmeškal.

Jan y Jindřich Pospíšil,  Tarjeta QSL 2008 | Foto: ČTK
“La Favorit actualmente se fabrica de nuevo, en Rokycany, en la fábrica original. La Favorit vive, renació de sus cenizas como el ave fénix, lo que es una noticia sensacional, se trata de algo inusitado. La exposición termina de hecho con la muestra de tres modelos que se fabrican actualmente en Chequia. Cuestan muchísimo dinero, pero son representantes de la tecnología ciclista más moderna que existe. Me reconforta saber que se fabrica en nuestro país, que no es ninguna estafa con una etiqueta”.

Además de una larga serie histórica de modelos, donados por coleccionistas, empresas y otros museos, los asistentes a la exposición pueden disfrutar de ejemplares pertenecientes a deportistas checos famosos. Es el caso de las bicicletas de los hermanos Pospíšil, máximos exponentes del peculiar deporte conocido como ciclobol, así como las bicis de las ciclistas Matoušková y Štěpánková, varias veces campeonas del mundo, y del medalla de oro en las Olimpiadas de Tokio de 1964, Jiří Daler.

Una de las bicicletas expuestas fue además testigo de una huida al bloque occidental. En 1983 el ciclista eslovaco Róbert Hutyra escapó de la Checoslovaquia comunista en un globo aeroestático de fabricación casera junto a su mujer y dos hijos. A la cesta del globo ató su bicicleta de carreras marca Favorit.