Crece la popularidad de la agricultura ecológica en la RCh

En la agricultura ecológica no se usan abonos, insecticidas ni hormonas

La Unión Europea presta gran atención a la agricultura ecológica. Desde 1994 forma parte de su política agraria común. Su popularidad crece también en la República Checa. Los consumidores checos tienen interés por los bioalimentos pese a que se venden a precios más altos que los productos de la agricultura convencional.

Escudo de 'Pro-bio'
"Se trata de una forma de cultivo que tiene una relación positiva hacia los animales, la tierra y las plantas", así define la agricultura ecológica Markéta Doubravská, de Pro-bio, la Unión Checa de Agricultores Ecológicos.

"En la agricultura ecológica no se usan abonos, insecticidas ni hormonas y prohibida está también la manipulación genética. Aunque es un cultivo muy progresivo, se basa en las experiencias seculares de nuestros antepasados. Los ecoproductos son de alta calidad. No contienen contaminantes y tienen una mayor porción de vitaminas y otras sustancias favorables que los productos convencionales".

La producción ecológica en la República Checa está definida por la ley del año 2000 que está plenamente armonizada con las reglas vigentes en la Unión Europea. Los bioalimentos se venden con el logo BIO, explica Markéta Doubravská.

"La base de la ecoagricultura es una tierra sana en la que se usan solamente los abonos orgánicos y donde se aprovechan las diferentes maneras naturales de siembra. Debido a ello, las plantas son capaces de defenderse solas contra las enfermedades y los insectos. Tampoco en el procesamiento posterior de los bioalimentos se usan conservantes químicos, colorantes ni ingredientes para mejorar el sabor".

En la agricultura ecológica no se usan abonos,  insecticidas ni hormonas
También los animales criados en la agricultura ecológica son cebados de la producción de la ecofinca. Cada ecofinca cría solamente tantos animales cuántos es capaz de cebar de sus propios recursos. Los animales tienen libres corraladas para pastar, prohibidas están la crías masivas.

La Unión Checa de Agricultores Ecológicos está integrada por 500 ecoagricultores y productores y vendedores de bioalimentos, señala Markéta Doubravská.

"En la República Checa hay en total 720 ecoagricultores que labran más de 230 mil hectáreas de tierra, las cuales representan el 5, 5 por ciento de la tierra laborable. El monto total de la venta de bioproductos en el mundo alcanzó el año pasado casi 27 mil millones de euros, el 46 por ciento de esto corresponde a la Unión Europea. En los países comunitarios se labran de esta manera 4, 4 millones de hectáreas, de la mayor popularidad goza la agricultura ecológica en Suecia, Austria y Finlandia".

En la agricultura ecológica no se usan abonos,  insecticidas ni hormonas
Markéta Doubravská puntualiza que los ciudadanos de la Unión Europea compran sobre todo las verduras y productos lácteos. El interés del consumidor checo tanto por los bioalimentos como por otros bioproductos, tales como textiles, calzado o pienso, crece anualmente el cinco por ciento. El problema es que en el mercado checo son accesibles por el momento solamente algunos bioproductos.

"La mayor oferta existe en los productos vegetales, en primer lugar cereales, fideos, semillas, zumos, panadería o productos de soja. Estos productos ya están ofrecidos por los hiper y supermercados. No tan accesibles siguen siendo los productos lácteos, frutas y verduras. Los interesados los suelen comprar en una agrofinca que está cerca de su domicilio. Las grandes cadenas han empezado a ofrecer últimamente también la biocarne".

Los productos biológicos se pueden comprar en la República Checa no sólo en los hipermercados y ecofincas, sino que también en una amplia red de tiendas de nutrición racional. El mayor número de estas tiendas especializadas existe en las grandes ciudades, y desde el punto de vista regional, en Bohemia del Norte y Oriental y en Moravia del Norte. Menor oferta se registra en Bohemia del Sur y Occidental, y en Moravia del Sur.

Debido a los costes más elevados de su producción, los bioproductos son un tercio más caros que los de la agricultura convencional. Los sondeos de opinión pública indican que son las mujeres y los jóvenes hasta treinta años de edad los que muestran mayor interés por los bioalimentos.