La Industria de Defensa de la República Checa

Jiri Hynek

La protección antiquímica y la producción de equipos de detección y de sistemas de radiocomunicación son el buque insignia de la industria de defensa de la República Checa. La importancia de estos medios defensivos y la demanda por ellos en el mundo están creciendo en relación con el peligro del terrorismo internacional.

"A lo largo de la historia siempre han existido personas, grupos, incluso estados enteros, que no vacilaron en masacrar a la población civil y atentar contra la libertad de los demás. Decir por ello: Las armas son culpables, destruyámoslas y jamás habrán las guerras, es una idea falsa y peligrosa. Sin armas, no se podría mantener la paz", explica la razón de ser de la industria de defensa Jirí Hynek, presidente de la Asociación que agrupa este sector en la República Checa.

"Integramos a las empresas que tienen algo en común con la industria de defensa de este país, desde los productores de calzado hasta las compañías que construyen aeropuertos. La Asociación integra a unas 120 empresas que emplean a más de 150 mil personas. De ellas, el 80 o el 90 por ciento trabaja para el sector civil, el resto para la defensa. En la actualidad, cuando los ejércitos en todo el mundo se hacen más pequeños y móviles, no vale la pena que exista en la República Checa una clásica empresa armamentista, fabricante de armas convencionales. El arma más grande que se produce aquí es la ametralladora".

Jirí Hynek señala que esto se debe también a la partición de Checoslovaquia en 1993.

"Tras la división de Checoslovaquia, el hardware quedó en Eslovaquia, mientras que en Chequia, el software, es decir, equipos más sofisticados, como la óptica, electrónica, ordenadores, municiones de pequeño calibre etc. Y con los paulatinos cambios en la táctica y la estrategia militar y la nueva definición del adversario, esto se ha mostrado como una gran ventaja".

¿En qué es fuerte la industria de defensa checa?

"La República Checa dispone de tecnología de punta en la protección contra las armas de destrucción masiva y en la electrónica en general. Nos especializamos en la locación pasiva, pero somos también buenos en la fabricación de los radiolocalizadores activos. Ofrecemos alta calidad en las más diversas tecnologías de apoyo logístico: centrales eléctricas o depuradoras de agua, entre otras".

La República Checa es el único país en producir los sacos biológicos en los que se puede transportar al hospital una persona contagiada con una sustancia altamente infecciosa. El mundialmente conocido sistema de seguimiento Snezka es asimismo de producción checa. Es capaz de reconocer objetos en un perímetro de quince kilómetros. Fue utilizado como medio de exploración en la misión internacional de paz, SFOR, en Bosnia-Herzegovina.

La empresa checa ERA ha desarrollado un sistema de radar para la protección antiaérea, capaz de seguir aviones sin ser revelado con su propia transmisión. Se trata de un sucesor del sistema Tamara, utilizado en la Guerra del Golfo, en 1991. Jirí Hynek matiza que hay productos que la industria de defensa nacional no es capaz de fabricar.

"Un ejemplo es el avión caza L-159. Es una verdadera joya de la tecnología y su fabricante, la empresa Aero Vodochody, es una de las mejores, pero sin un fuerte socio extranjero el avión no habría alcanzado el nivel que tiene. Quiero decir que en el caso de productos tan sofisticados carece de sentido hablar de una industria de defensa nacional porque su desarrollo exige una estrecha cooperación internacional. Otro ejemplo: la modernización del tanque T-72, en la que colaboraron con la República Checa Estados Unidos, Gran Bretaña e Israel".

Jirí Hynek subraya que este país puede enorgullecerse de un alto nivel de desarrollo y de peritos experimentados que, no obstante, necesitan el capital extranjero. "Además, el desarrollo llevado a cabo en la industria de defensa siempre ha sido un medio muy eficaz para aumentar el nivel técnico de cada nación", puntualiza el presidente de la Asociación de la Industria de Defensa Checa.