Pérdidas por 5 millones de dólares al año causan piratas discográficos en la República Checa

La piratería musical cobra intensidad en la República Checa últimamente, convirtiéndose en un problema para la industria discográfica local. El tema es universal y lo peor es que cuanto más avanza el desarrollo de las tecnologías modernas, tanto más difícil resulta hallar la forma de cómo impedir la grabación de música en forma ilegal.

Una de cada tres copias adquiridas por los melómanos el año pasado en el mundo, provenía de talleres discográficos ilegales. Así lo dio a conocer la Federación Internacional de la Industria Fonográfica, en la que están representados los más grandes estudios discográficos del planeta. Los intérpretes más vendidos por los piratas discográficos son Madonna y el grupo R.E.M.

Jay Berman, director ejecutivo de la Federación, afirma que el problema de las grabaciones ilegales sobrepasa las fronteras entre los Estados, viendo éstos la creciente necesidad de aunar sus fuerzas para combatir este mal de la era moderna.

Mientras que en el pasado solían ser divulgadas mayormente cintas magnetofónicas, últimamente prevalecen grabaciones en discos compacto o grabaciones divulgadas con ayuda de las técnicas que ofrecen los nuevos programas de computación.

Los piratas musicales afectan también a la industria discográfica checa. Como indicara Jaromír Soukup, miembro de la sección checa de la Federación Internacional de la Industria Fonográfica, el amplio incremento del número de usuarios de ordenadores y de Internet registrado en la República Checa en el último tiempo, estuvo acompanado de una creciente participación de grabaciones piratas en el mercado nacional.

Mientras que en el pasado la venta de grabaciones ilegales en la producción discográfica checa equivalía aproximadamente a un 6 por ciento, el año pasado fue del 10 y hasta del 15 por ciento. A causa de ese factor, la venta total de música en el mercado nacional disminuyó el año pasado en un 20 por ciento.

Combatir la piratería musical en la República Checa resulta difícil no sólo porque la técnica moderna permite a los piratas permanecer en relativa anonimidad, sino también porque una considerable parte de las grabaciones ilegales que llegan al mercado checo proviene del extranjero. Polonia y Ucrania han sido sindicados como los países que más proveen de copias ilegales, teniendo también cada uno su propia especialización. Mientras que los piratas de Ucrania se especializan en la reproducción de intérpretes de renombre mundial, los polacos apostaron en las reproducciones de músicos y cantantes de los países a los que va destinada su producción.

Jaromír Soukup, de la sección checa de la Federación Internacional de la Industria Fonográfica, calcula que las pérdidas causadas el año pasado de esta forma a las casas discográficas checas llegan a unos 5 millones de dólares. Soukup indicó que en los últimos años han sido adoptadas en la República Checa varias medidas para enfrentar la piratería musical. El año pasado se logró incluso llevar a juicio a alrededor de 400 personas acusadas de divulgar reproducciones ilegales de música.

No obstante, lo que dificulta la erradicación de la piratería musical es el amplio interés que manifiestan los ciudadanos checos por ese tipo de grabaciones. Mientras exista la demanda, el comercio seguirá proliferando, eso es indiscutible. Y para un considerable número de checos lo que vale es el precio. En este aspecto, las grabaciones "oficiales" no pueden competir con las reproducciones piratas.

Lo confirman las palabras de un joven estudiante de la Escuela Superior de Economía, en Praga: "Como estudiante con escasos recursos financieros, si puedo escoger entre la compra de un disco compacto de R.E.M. por valor de 15 ó 20 dólares, o la posibilidad de grabarlo gratis por medio de un ordenador que tenemos en nuestro albergue estudiantil, prefiero la segunda posibilidad, aunque la calidad de la grabación resulte inferior."