El Levantamiento de Praga: la revuelta checa contra los nazis

Prague Uprising, photo: archive of Czech Radio

El Levantamiento de Praga, de lejos la mayor acción del pueblo checo contra el dominio nazi, llegó tras seis años del inicio de la ocupación Bohemia y de Moravia por Alemania, realizada bajo el marco legal de protectorado. Cuando estalló la revuelta, el Tercer Reich ya estaba a punto de desmoronarse, pero sus tropas todavía resistían a las fuerzas aliadas.

El día 8 de mayo la República Checa, al igual que otros países europeos, celebra el Día de la Victoria, es decir, el fin de la Segunda Guerra Mundial en el continente y la rendición alemana.

Levantamiento de Praga | Foto: APF Český rozhlas
En las tierras checas este momento vino marcado, en los días previos, por la sublevación del pueblo praguense contra las fuerzas ocupantes. Una sangrienta revuelta urbana en los últimos estertores de la guerra que pasó a la historia como el Levantamiento de Praga. En este programa especial sobre el Día de la Victoria les contaremos los pormenores de la revuelta.

A principios de mayo de 1945 estaba claro entre la población civil europea que Alemania se vería forzada a capitular de forma inminente. La ciudad de Praga no era ninguna excepción. Sus habitantes sabían por varias fuentes que la Alemania nazi iba a caer. Las noticias llegaban por medio de los fugitivos o a través de las ondas de radio.

Por el suroeste se acercaba a la capital checa el ejército estadounidense, y por el este las tropas soviéticas. Pero los ciudadanos praguenses no esperaron su llegada e iniciaron un levantamiento por su cuenta, alentados por las sublevaciones en otras ciudades checas y moravas.

Los checos, obligados a bajar cabeza

Sin embargo, en primer lugar es necesario entrar más en la materia y mencionar los acontecimientos históricos previos al levantamiento de Praga. Las grandes potencias europeas firmaron el 29 de octubre 1938 el Tratado de Múnich, que privó la República Checa de las zonas fronterizas con Alemania, que disponían de una cadena de importantes fortalezas militares. Al año siguiente, el 15 de marzo de 1939, Adolf Hitler mandó invadir lo que quedaba del territorio checo.

Levantamiento de Praga | Foto: Instituto Militar de Historia
La República Checoslovaca fue dividida en dos partes. En Eslovaquia fue proclamado un estado clerofascista simpatizante con los nazis. Bohemia y Moravia se convirtieron en un protectorado bajo la soberanía de la Alemania hitleriana. El gobierno checo, encabezado por el presidente Edvard Beneš, se refugió a Gran Bretaña, y en Londres trató de recabar apoyos para liberar el estado de los checos y eslovacos.

Fue entonces cuando se comenzó a concebir la semilla de lo que sería más adelante el Levantemiento de Praga, explica el coronel Antonín Štícha, presidente de la Unión Checa de los Luchadores por la Libertad, quien participó personalmente en la revuelta.

"Los primeros preparativos para el levantamiento de Praga comenzaron inmediatamente tras la ocupación del territorio checoslovaco por los nazis en marzo de 1939. La organización que inició esas actividades se llamó "Defensa de la Nación" y muchos de sus miembros perecieron durante el protectorado alemán. También tuvo la iniciativa el Ejército checo, orientado a Occidente, y el Partido Comunista, que esperaba la ayuda de la Unión Soviética. Con el tiempo se formó el llamado "Consejo de los Tres" que incorporaba las tres partes".

Antonín Štícha,  foto: Khalil Baalbaki,  ČRo
Los checos luchaban contra la Alemania nazi de diferentes maneras. En el exterior se alistaban en los ejércitos de los aliados para formar cuerpos militares checoslovacos. En el propio protectorado debían organizarse en secreto.

La resistencia civil creaba redes de organizaciones que distribuían sus folletos y periódicos, y que más tarde realizaban sabotajes y huelgas. Gran fama ganaron en los años del protectorado los radiofonistas checos que suministraban información diaria a Gran Bretaña y a la Unión Soviética.

A estas actividades clandestinas se unió también el ejército gubernamental, señala Štícha.

"El ejército gubernamental no estaba, sin embargo, debidamente armado. Tras la ocupación en 1939, los cargos los ocupaban los oficiales que se habían alistado con la idea de más tarde o temprano realizar un levantamiento. Muchos de ellos murieron durante los preparativos. Los alemanes, a fin de debilitar sus fuerzas, mandaron una parte del Ejército gubernamental para Italia. En Praga se quedó solamente un batallón poco armado. Por otro lado, las tropas alemanas estaban perfectamente armadas”.

Reinhard Heydrich,  foto: Bundesarchiv /  CC-BY-SA 3.0
La resistencia civil checa sufrió grandes daños tras ser nombrado el protector de Bohemia y Moravia Reinhard Heydrich. El llamado Carnicero de Praga mandó organizar redadas a los representantes de la resistencia secreta y muchos de ellos fueron ejecutados. La comunicación radiofónica con la resistencia exterior se cortó rápidamente.

Para ayudar a la resistencia, de Gran Bretaña llegaron varios grupos de paracaidistas a fin de renovar la comunicación perdida. Un grupo logró realizar el atentado contra protector Heydrich el 27 de mayo de 1942, pero las represalias de los nazis fueron desproporcionadamente crueles. Los nazis arrasaron las aldeas de Lidice y Ležáky y fueron ejecutadas o asesinadas en los campos de concentración unas cinco mil personas.

A pesar de la dura persecución nazi, los checos seguían preparando el levantamiento. Se formaban nuevas organizaciones de resistencia y fuera de las ciudades, el movimiento guerrillerro. Las iniciativas ilegales se veían obstaculizadas por la actividad de la Gestapo, la policía secreta alemana, que se infiltraba en las organizaciones secretas y detenía y ejecutaba a sus miembros. Entre la población había también muchos delatores que revelaban la actuación de la resistencia a las autoridades alemanas.

Pero, los nazis no podían negar el desarrollo negativo de la guerra y la mayor parte del pueblo checo esperaba impaciente nuevas noticias de los frentes del Oeste y Este, que le infundían coraje para entrar en conflicto abierto con los ocupantes, comenta Štícha.

"El problema clave fue conseguir armas. Algunas fueron escondidas por soldados checos durante el proceso de la ocupación nazi. El gobierno exiliado checo exhortó a la nación checa para confiar no solo en la liberación por los países aliados, sino también a actuar por su cuenta. De la prometida ayuda militar llegó del Occidente al territorio checo sólo una parte".

Comienza la sublevación

El 1 de mayo ocurrieron las primeras sublevaciones en ciudades checas y moravas, la primera de ellas en Přerov, Moravia Central. El territorio checo estaba siendo liberado por parte del Ejército Rojo soviético en el este, noreste y sureste, y por los estadounidenses, capitaneados por generales Eisenhower y Patton, por el oeste y el sur.

Foto: public domain
La conquista de la capital checa se convirtió en objeto de discusiones entre ambas potencias. El líder soviético, Iósif Stalin, temía un desarrollo político desfavorable a los intereses soviéticos en caso de que Praga fuese liberada por el ejército estadounidense. Por ello, rechazó la propuesta del general Eisenhower, que había liberado la ciudad de Pilsen, de ocupar el territorio checo hasta las orillas occidentales del río Moldava y Elba. Más detalles nos da Antonín Štícha.

"El levantamiento fue preparado de acuerdo al progreso de los ejércitos aliados por el gobierno exiliado checo y la fecha prevista para su inicio fue determinada para el 7 de mayo, el lunes, cuando los obreros volviesen a las fábricas para que los nazis no llevasen los materiales utilizables en la guerra. Afortunadamente, el pueblo no respetó la fecha acordada y todo sucedió de otra manera".

Ya el 4 de mayo, los ciudadanos de Praga habían comenzado a retirar los letreros en alemán, pero el propio levantamiento de Praga comenzó un día después, el 5 de mayo. Según Antonín Štícha, quien participó en la defensa de la ciudad en el barrio de Vršovice, en el sur de la capital, se procedió a desarmar a los soldados individuales de Alemania, Austria y Hungría.

El inicio oficial del levantamiento de Praga se produjo cuando la Radiodifusión Checoslovaca pidió ayuda, primero al Ejército gubernamental, y luego a la Policía y a la Gendarmería. Los habitantes capitalinos ya antes de la llamada habían intentado conseguir armas por todas partes. Sin embargo, cuando faltaban once minutos para el mediodía, la emisión de la Radiodifusión Checoslovaca aceleró la actuación de los rebeldes.

"¡Ciudadanos checoslovacos! ¡La Alemania de Hitler está destrozada! ¡El Tercer Reich dejó de existir! ¡Fuera la guerra! ¡Dejen de trabajar! ¡No juzguen a nadie, no castiguen a nadie, ni a un checo, ni a un alemán, para eso tenemos tribunales populares! ¡Que los alemanes no intervengan! La Policía, la Gendarmería y el Ejército Gubernamental checos obedecerán a rajatabla las ordenes de los Comités Nacionales! ¡Quien no lo haga así es un cobarde y un traidor! Apoyamos firmemente el Gobierno checoslovaco en exilio!"

Tras escuchar la llamada, muchos ciudadanos de Praga se sumaron al levantamiento y construyeron con rapidez barricadas en los puntos estratégicos de Praga. Los empleados de correos liquidaron y cortaron las comunicaciones entre las jefaturas militares alemanas.

Las tropas rebeldes no disponían de armas pesadas y resistían mal las embestidas de los nazis. Los alemanes temían que el levantamiento de Praga les impidiera huir del Ejército Rojo y rendirse a los estadounidenses, que no tenían tantas razones para vengarse de ellos. Los ciudadanos praguenses se enfrentaron además con una guarnición alemana muy fuerte, recuerda Štícha.

“Las tropas militares alemanas estaban situadas por toda la ciudad, además los alemanes recibían también familias refugiadas de las zonas ya ocupadas por los aliados y les daban armas, incluso a los jóvenes de la organización juvenil Hitlerjugend o sea Las Juventudes Hitlerianas”.

La Radiodifusión Checoslovaca, en el punto de mira

La Radiodifusión Checa continuaba pidiendo ayuda de todas partes. Las unidades de exploración estadounidenses operaban ya en las periferias de Praga, pero dadas las discrepancias entre los generales de ambos países, ya que la capital checa se encontraba en la zona de marcación de Moscú, los estadounidenses no podían intervenir a favor de los sublevados.

El edificio de la Radiodifusión Checoslovaca
Los grandes núcleos de las luchas entre los ciudadanos capitalinos y las tropas nazis eran sobre todo los alrededores del edificio de la Radiodifusión Checoslovaca. Una lucha encarnizada se produjo en el actual Puente de los Luchadores de las Barricadas, que precisamente recibió después este nombre en honor a sus defensores, y también en el centro histórico de la capital, en la Plaza de la Ciudad Vieja.

Las emisiones de la Radiodifusíón Checoslovaca eran transmitidas en varios idiomas. Las que se daban en checo y en inglés servían para movilizar la defensa de la ciudad y coordinar las acciones. Las de lengua alemana intentaban persuadir a los habitantes de la nacionalidad alemana de no oponer resistencia en vista de que la guerra estaba perdida.

Fueron muchos los soldados alemanes que obedecieron y se rindieron a los sublevados. Sin embargo, para otros nazis, como los militares de las tropas Waffen SS, las llamadas radiofónicas hicieron que conquistar el edificio de la Radiodifusión fuera su objetivo principal.

El levantamiento se extendió a ambas orillas del río Moldava. Durante los dos primeros días, el 5 y 6 de mayo, los ciudadanos de Praga y los alrededores tuvieron que encarar al enemigo que llegaba de dos direcciones, como afirmó Antonín Štícha, presidente de la Unión Checa de los Luchadores por la Libertad:

Antonín Štícha,  foto: Kristýna Maková
"Pasaba entonces que durante las luchas en las barricadas, los defensores se veían a menudo atrapados en el fuego cruzado, proveniente de las tropas de enfrente de la barricada y también de la retaguardia. El fuego de atrás no sólo era de los nazis, sino también de los checos relacionados con ellos. De modo que los sublevados se veían obligados a luchar contra las tropas alemanas que llegaban a Praga desde el exterior, pero también libraban duras reyertas contra los nazis de la capital misma".

El 7 de mayo los praguenses recibieron una ayuda inesperada. Al bando de los sublevados se sumaron las tropas del general Vlásov, un militar soviético capturado por los nazis que entró en el ejército alemán con el propósito de deponer a Stalin y acabar con el dominio comunista en Rusia.

Incitadas por el devenir desfavorable de la guerra, las tropas de Vlásov desertaron del ejército alemán y ayudaron a los checos en varios lugares de la capital. Armados de artillería pesada, ametralladoras y tanques pudieron resistir mejor los ataques de los nazis, ya que los rebeldes disponían mayoritariamente de fusiles y de unos pocos lanzagranadas, destalla Štícha.

General Vlasov y sus soldados,  foto: public domain
"El papel de las tropas del general Vlásov en el levantamiento de Praga sigue aún dudoso. Querían ayudar la sublevación bajo la condición de tomar el mando sobre la defensa de la ciudad. El Consejo Nacional Checo, influido por los aliados, no se lo otorgó y la mayoría de las tropas de Vlásov se retiraron el 8 de mayo por la mañana. Tal vez quisieron utilizar su ayuda a los sublevados como una circunstancia atenuante ante los soviéticos”.

El resto del ejército del general Vlásov fue detenido por los soviéticos que llegaron a Praga el 9 de mayo. Los estadounidenses tampoco aceptaron la capitulación del general Vlásov y su ejército, de forma que fueron entregados al Ejército Rojo. Vlásov y sus soldados murieron ejecutados o encarcelados en los campos de concentración soviéticos.

El fin del Levantamiento y la llegada soviética

El 8 de mayo el Levantamiento de Praga culminó. Muchas partes de la ciudad estaban en ruinas, entre otras el Ayuntamiento de la Ciudad Vieja, donde fue quemada por completo su ala noreste y gravemente afectados quedaron el reloj astronómico y el tejado del edificio.

El mariscal soviético Kónev llega a Praga,  foto: Karel Hájek,  Wikimedia CC BY-SA 3.0
Durante aquel día los sublevados y el ejército alemán firmaron un acuerdo sobre la capitulación. Los nazis prometieron abandonar Praga y los defensores capitalinos, a cambio, prometieron darles paso libre hacia el oeste, donde los nazis querían rendirse al ejército estadounidense.

No obstante, según muchos testimonios, no todos los soldados nazis se sometieron a la tregua y siguieron luchando hasta la llegada del Ejército Rojo soviético.

Sin embargo, cuando el 9 de mayo por la mañana entraron en Praga las tropas del frente de Ucrania del mariscal soviético Kónev, la mayoría de la capital checa ya estaba liberada. Las tropas soviéticas ayudaron a los checos a limpiar la ciudad de los francotiradores nazis que seguían resistiendo y luchaban hasta el último aliento.

Durante los cuatro días del levantamiento de Praga perecieron unos 3.700 sublevados, unos 300 soldados de Vlásov y un poco menos de 700 soldados soviéticos. Por el lado alemán se calculan unas 1.000 bajas. Las víctimas civiles se elevan a alrededor de 4.000.

Foto: Archivo de VHÚ
Mucho se discute sobre la relevancia del Levantamiento de Praga, y sobre si fue o no una lucha necesaria. En general se le da cierta importancia estratégica, ya que significaba la derrota del ejército nazi en Europa Central y el último móvil para la capitulación definitiva del mando supremo de la Alemania hitleriana, lo que aceleró aún más el fin de la Segunda Guerra Mundial.

El levantamiento de Praga también dio testimonio sobre el valor de los ciudadanos praguenses y todos los voluntarios de las ciudades y aldeas que vinieron para ayudar a la capital checa, y que, por falta de una ayuda externa, no dudaron en tomar el destino de Praga en sus propias manos y tras una dura lucha triunfar y liberar la metrópoli.

Durante la época del comunismo, se consideraba como el fin de la guerra el 9 de mayo, la llegada de las tropas soviéticas a Praga. Recién tras la Revolución de Terciopelo cambió la fecha y el 8 de mayo se celebra en la República Checa como la fiesta nacional del Día de la Victoria.