Una Semana Santa diferente

Foto: Jana Šustová
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Para los fieles católicos, la Semana Santa es una de las celebraciones más importantes del año. En todo el mundo recuerdan la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo. Este año todo ha sido diferente, los sacerdotes han tenido que llevar a cabo las celebraciones sin fieles por la epidemia del nuevo coronavirus.

Foto: Jana Šustová

Las celebraciones litúrgicas durante la Semana Santa, siempre tan ricas y concurridas, se han celebrado este año en casa a puertas cerradas con ayuda de transmisiones por radio, televisión y redes sociales.

Es cierto que las celebraciones han sido diferentes y han representado momentos fuertes para los fieles. Pero tal y como han indicado muchos representantes eclesiásticos checos y de otras partes del mundo, se han vivido de manera especial, con una tendencia interior a la contemplación del misterio pascual.

Anna Melicharová,  foto: Tereza Kalkusová
La joven checa Anna Melicharová dijo a Radio Praga Internacional que siempre había aprovechado estas fechas para acercarse más a Dios.

En Semana Santa, los fieles católicos se sumergen en el misterio que surge de la entrega de Cristo por amor a la humanidad. Se trata de una ocasión única para contemplar su Pasión, él carga los pecados de la humanidad al Calvario y la cruz que lleva con la infinita fuerza de su amor es la cruz de todos.

En la sociedad checa la Semana Santa está también estrechamente vinculada con las fiestas de la fertilidad, con la llegada de la primavera.

El gran día de celebración para muchos checos es el Lunes de Pascua, cuyas tradiciones, de carácter más bien folclórico, son en parte de origen pagano, como por ejemplo la costumbre de pintar los huevos de Pascua, símbolo de la vitalidad. Los hombres reciben huevos de pascua a cambio de dar unos leves azotes a las muchachas con una varita de ramas de sauce.

Semana Santa en la Rep. Checa | Foto: Błażej Benisz,  Wikimedia Commons,  CC BY-SA 2.5
Anna Melicharová considera que se trata de una tradición que no choca, ni se enfrenta a las celebraciones litúrgicas. Se trata de cosas completamente diferentes que coexisten sin problema alguno.

“Creo que (en Chequia) hay mucha gente que conoce solamente esta parte pagana de las celebraciones de la Semana Santa, pero no lo veo como algo malo, sin sentido, porque así se celebra la primavera, la resurrección de la naturaleza, una nueva vida que comienza y es parecido a lo que pasa en la iglesia“.

Melicharová indicó que sumará las tradiciones de pintar huevitos, hornear un cordero de bizcocho y otras costumbres populares cuando tenga hijos. Se trata de algo bonito y divertido, que no es lo más importante de la Semana Santa, pero que son cosas que se pueden combinar.

Para los católicos, en cualquier parte del mundo en que se encuentren, la Semana Santa es un momento de recogimiento y reflexión, pero también de alegría, indicó en su momento a Radio Praga Internacional el Nuncio Apostólico en Chequia, Monseñor Charles D. Balvo.

Foto: Emilia_Baczynska / Pixabay CC0

Monseñor Charles D. Balvo,  foto: Ondřej Tomšů
“Para nosotros los creyentes católicos, cristianos, es una semana bastante importante, se puede decir que la Pascua junto con la Navidad, es el periodo más importante para nosotros, para celebrar la Pasión, la Muerte y después la Resurrección del Señor Jesús”.

Si bien pueden darse ciertas diferencias de forma, el núcleo de las celebraciones católicas es el mismo a lo largo y ancho del planeta, agregó el Nuncio.

“Fundamentalmente las ceremonias son las mismas, el jueves se celebra en la mañana el Jueves Santo; el martes o miércoles antes de la misa se da la bendición del Crisma, del óleo o aceite, que se utiliza en los Sacramentos. Junto al obispo y todo el clero renovamos nuestras promesas como sacerdotes. En general la celebración es igual respecto a lo que tenemos que hacer”.

Para los católicos esta época del año está dedicada a la Semana Santa, pero en algunos países se celebra sobre todo la llegada de la primavera y en otros se da una mezcla de las dos celebraciones, sin ir más lejos esto ocurre también en la República Checa.

Foto: Eva Turečková
“Muchas de esas tradiciones están conectadas con el hecho de que en el hemisferio norte hay primavera. Brotan los árboles, las flores que simbolizan la nueva vida, así como el invierno simboliza la muerte. Entonces en Pascua las flores y los huevos representan el renacer”.

La Resurrección de la nueva vida es algo en lo que nuestro Santo Padre Francisco insiste, en la necesidad de la presencia de Cristo, la presencia misericordiosa, la presencia del amor en un mundo donde hay mucho sufrimiento y problemas de muchos tipos.

El Viernes Santo presenta el drama inmenso de la muerte de Cristo en el Calvario. La cruz erguida sobre el mundo sigue en pie como signo de salvación y de esperanza. El Viernes Santo no se celebra la Eucaristía en ninguna parte del mundo. El altar luce sin mantel, sin cruz, sin velas ni adornos. Se recuerda la muerte de Jesús.