Los checos tienen diferente mentalidad con respecto al pudor

Luis Alonso

Esta vez conversamos sobre la vida en la República Checa con Luis Alonso, de Madrid, España, que lleva en Praga con su familia unos cuatro años.

Luis Alonso
¿Hay algo que te sorprendió después de tu llegada a este país?

"Me llamó bastante la atención el carácter de la gente. En lo que se refiere a las personas. Luego me encanta el silencio, nosotros en España somos unos escandalosos y aquí la realidad es disfrutar del silencio y la tranquilidad. Y luego la gran cantidad de zonas verdes que tiene Praga es algo que me gusta mucho. Y me llamó mucho la atención la diferente mentalidad con respecto al pudor, particularmente de las mujeres checas. Ver a la gente en ropa interior en un parque o en la piscina cambiándose totalmente, son cosas que te dejan a cuadros, en España es impensable. Pero para nosotros la verdad es que han sido sorpresas agradables.

Aquí la gente, sobre todo, gente que trabaja para ellos mismos, sabe muy bien ponerse lo límites a la hora de trabajar y eso me encanta. Aquí hay mucha gente que teniendo su propio bazar o su tienda personal, el viernes a las cuatro de la tarde cierran y no abren hasta el lunes. En España, si un tipo trabaja por sí mismo, si le dejan abrir por la noche, abre por la noche, y si puede trabajar 16 horas, trabaja 16 horas. Nunca es capaz ponerse un límite. Aquí la gente lo sabe y eso da gran calidad de vida".

¿Y hay algo que no te gusta en los checos?

"Del carácter checo, y creo que casi del carácter centroeuropeo, por un lado esa reserva, la gente es poco abierta. El extranjero siente muchas veces que por el mero hecho de ser extranjero no despierta simpatías, digamos. Luego la inflexibilidad en el trato en comercios o en restaurantes, muchas veces sientes que en lugar de ser tú el cliente parece que te hacen un favor por atenderte. O bueno, tienes vecinos que con que apenas te saluden es lo que más puedes esperar. No conoces a nadie. Luego lo cierto es que cuando escarbas un poco, la gente es muy diferente, pero la impresión inicial es bastante dura".

¿Si pudieras cambiar algo en este país, que sería?

"Que hubiera más sol (risas) y colgarle una sonrisa a la gente. Aquí en general, tú vas por la calle y la inmensa mayoría de la gente lleva un gesto superserio. Parece como una intención de marcar distancias y a nosotros nos choca mucho, cuando vienes de culturas abiertas, pero tampoco creamos que somos el ombligo del mundo, porque en España es cierto que la gente es mucho más agradable..., pero tampoco dudan en apuñalarte o despellejarte. Pero siempre es más agradable si llegas a un sitio y alguien sonríe y tiene unas palabras más amables, eso sí que lo cambiaría".

Si digo la República Checa, ¿qué se te ocurre como primero?

"Cerveza (Risas)".

Ya lo creía, esto lo dicen casi todos los españoles, ¿y hay algo más?

"Ahora mismo al hablar de la Rep. Checa yo pienso automáticamente en Praga y bosques. Una cosa maravillosa en este país es la cantidad de bosques y bosques. Cuando vuelvo cada verano a España me dan ganas de llorar. Ver ese paisaje reseco, sin árboles. Pero aquí si sales, es verde, verde y bosques, eso es maravilloso, y, bueno, la cerveza indudablemente".

Esta vez compartió con ustedes su experiencia vivida en la República Checa Luis Alonso, de Madrid, España.