Quiero que me entierren en el Puente de Carlos

Lyna Fortiz Murrillo (Foto: Autora)
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Lyna Fortiz Murrillo, de Venezuela, vive desde hace seis años en la República Checa. Es profesora de marketing y, además, trabaja como guía turística. Está enamorada de la República Checa y, según dice, le gustaría quedarse a vivir en este país para siempre.

¿Qué fue lo que más le impactó cuando llegó a la República Checa?

Lyna Fortiz Murrillo  (Foto: Autora)
"La nieve y el frío que se podía sentir en el rostro. También el río Moldava y el Puente de Carlos. En general, todo me parecía muy lindo".

¿Aprendió el idioma checo?

"Más o menos. Sí puedo comunicarme bastante. Pero hay una palabra que todavía no he podido pronunciar, pero me encanta. Mi primer hijo se va a llamar así: "samozrejme". Esta palabra checa me encanta y creo que es muy linda para un nombre".

¿Sabe lo que significa en checo esta palabra?

"Sí. Naturalmente o por supuesto. En español no es bonito, pero en checo esta palabra me suena muy bien y es sexy. Samozrejme Fortiz - este nombre me encantaría para mi hijo".

¿Cómo caracterizaría a los checos?

"Son personas muy honestas. Y eso es bastante impresionante. Cuando, por ejemplo, pregunto a mi amiga checa si me queda bien el vestido, ella me dice la verdad. Si me queda mal, me lo dice directamente. Nosotros, a diferencia, como que intentamos siempre disfrazar la historia. Solemos responder, por ejemplo: no te queda bien este color. Además, no sé por qué dicen que los checos son fríos. El primer contacto puede dar esta impresión porque ellos no son amigos desde el primer momento. Pero luego uno se da cuenta de que son personas buenas, dulces y cariñosas".

¿Habla de su propia experiencia? ¿Tiene amigos checos?

"Tengo muchísimos amigos checos. Creo que tengo más amigos aquí que en mi propio país".

¿Cómo fue para usted el primer contacto con la gente y la cultura checas?

"Los checos son más libres que nosotros. No sienten tanta vergüenza. Lo estoy registrando, por ejemplo, en el verano cuando hace calor. Lo que me impresiona, además, es que toda la gente lee en los autobuses y en los tranvías. En la República Checa se puede ver con frecuencia leer a un niño de cuatro años. Eso sí me llamó la atención".

¿Cómo se acostumbró a la cocina checa?

"Me encanta la cocina checa. Sobre todo, las bolas de harina con frutas por dentro. Es algo delicioso. También me encanta la carne de cerdo con bolas de harina".

¿Hay algo de la República Checa que posiblemente extrañará después de volver a su país?

"Yo extrañaría todo. Pero lo principal podría ser el Puente de Carlos, el Castillo de Praga y las calles limpias. También la tranquilidad. Aquí no hay tanto ruido por las calles. La gente va tranquila en los automóviles y no grita como lo hacen los choferes en mi país".

¿Cuáles son sus planes para el futuro?

"Quiero quedarme aquí para siempre. Quiero que me entierren en el Puente de Carlos. Además, me gustaría tener mi propio restaurante aquí en Praga. Pero eso son planes. Vamos a ver".