Juan Gregorio Mendel

Juan Gregorio Mendel

En esta edición les ofreceremos la semblanza de Juan Gregorio Mendel, religioso agustino de la ciudad morava de Brno que en el siglo 19 descubrió las leyes fundamentales de la herencia.

Juan Gregorio Mendel que formuló las leyes de la herencia es considerado como el fundador de la genética, hoy en día la más importante ciencia biológica. Curiosamente, este ilustrado religioso realizó sus revolucionarios experimentos en un pequeño huerto de un convento de Brno, metrópoli de Moravia, en la actualidad parte oriental de la República Checa.

En medio de la quietud y del recogimiento de la casa de religiosos agustinos Mendel, genio que se adelantó a su tiempo, asentó las bases de la ciencia que daría origen, en el siglo 20, al pujante desarrollo de las biotecnologías.

Juan Gregorio Mendel nació en julio de 1822 en la familia de un labrador, en el pueblo de Hyncice, en Moravia Septentrional. El padre inició pronto a Juan Gregorio en los misterios del cultivo de las plantas agrícolas, de la fruticultura y la apicultura, y ello influyó sin duda alguna en su interés por las ciencias naturales.

Casa natal de Juan Gregorio Mendel
Tras terminar el liceo, Mendel cursó estudios de Filosofía con notas sobresalientes en la universidad de Olomouc. El ingreso en el convento de agustinos en Brno, en 1843, posibilitó que Mendel realizase su vocación religiosa y al mismo tiempo se dedicase a los estudios de las ciencias naturales.

El convento de agustinos en Brno era en aquel entonces un destacado centro cultural y científico. Además de su misión religiosa, los agustinos cultivaban la filosofía y las ciencias naturales, sobre todo las matemáticas y la física. El abad de la comunidad agustina, Cyril Napp, era un hombre ilustre y culto, amigo y mecenas de científicos. Con el convento de agustinos estaba incluso relacionado el compositor Pavel Krízkovský, futuro maestro de Leos Janácek.

La ciudad de Brno en 1843
Una vez en el convento de agustinos, Mendel estudió teología y al cabo de cuatro años se ordenó sacerdote. Simultáneamente estudió agricultura y fruticultura.

El joven religioso demostró también una extraordinaria vocación para la física, profundizando los conocimientos de esa disciplina científica en la universidad de Viena con el profesor Cristián Doppler que realizó importantes estudios de acústica y óptica.

Juan Gregorio Mendel trató siempre de estar al día en las ciencias naturales. Conocía los tratados de Darwin, incluída su obra cumbre "Del origen de las especies por medio de la selección natural".

"Aquí falta algo," escribió Mendel en sus apuntes sobre los planteamientos de Darwin. Y para descubrir ese "algo" que faltaba en la teoría darwiniana sobre la selección natural, Mendel inició en el invernadero del huerto del convento agustino en Brno experimentos con la hibridación de plantas.

Convento de Agustinos en Brno | Foto: Misa.jar,  Wikimedia Commons,  CC BY-SA 3.0
Mendel escogió como planta modelo el guisante, cruzando sus diversas variedades y registrando cómo se transmitían los caracteres de los progenitores a los descendientes.

El relioso examinó a lo largo de ocho años 20 mil guisantes, apuntando minuciosamente las características de cada uno de los híbridos. Al disponer de una cantidad tan grande de datos, Mendel tuvo que utilizar métodos matemáticos para deducir de ellos las leyes de la herencia que definían cómo se heredaban los caracteres de los progenitores a la descendencia.

Juan Gregorio Mendel presentó su trascendental descubrimiento de las leyes de la herencia en una conferencia, pronunciada en 1865 ante la Asociación de Naturalistas de Brno, pero no fue comprendido. Mendel se adelantó demasiado a su tiempo y su genial aporte a las ciencias biológicas sería reconocido tan sólo 16 años después de su muerte.

En 1868 Mendel fue elegido abad del convento agustino de Brno. Debido a las tareas de administración del convento, tuvo que limitar sus investigaciones en el campo de las ciencias naturales. Y es que Mendel se dedicaba también a la astronomía y la meteorología y dejó a la posteridad valiosas observaciones de las manchas solares. Además durante 14 años se desempeñó como pedagogo.

El abad Juan Gregorio Mendel vio amargados los últimos años de su vida por un pleito con el gobierno austríaco, ya que consideraba injustos los exhorbitantes impuestos que las autoridades exigían al convento agustino.

Cuando Juan Gregorio Mendel falleció el 6 de enero de 1884, se valoraron sus méritos de abad y de pedagogo, pero nadie se dio cuenta del alcance de sus experimentos con los híbridos vegetales que le permitieron formular las leyes de la herencia.

No fue hasta 1900 que tres pioneros de la genética - el holandés De Vries, el alemán Correns y el austríaco Tschermak - comprendieron la trascendente importancia del trabajo de Mendel sobre la herencia. En la biología, el siglo 20 abrió los caminos anticipados genialmente por el religioso agustino Juan Gregorio Mendel de la ciudad de Brno.