La Praga medieval de Petr Parléř

Petr Parléř, foto: Packare, CC0 1.0
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El arquitecto Petro Parléř es el autor de varias joyas emblemáticas de la Praga medieval. El rey Carlos IV se las encargó cuando Parléř contaba con solo 23 años de edad. En la nueva edición del espacio 'Legados del Pasado, Testimonios del Presente' hablaremos de sus obras más representativas, que otorgaron a la capital checa una nueva cara.

Petr Parléř,  foto: Packare,  CC0 1.0

El rey checo y el emperador romano-germánico, Carlos IV, escogió Praga como la sede de su imperio, convirtiéndola en una espléndida metrópoli europea. Encargó su desarrollo arquitectónico a profesionales de varias partes del mundo. En 1344 fue colocada la piedra fundacional de la Catedral de San Vito, una de las obras más emblemáticas de la capital checa, que se alza en el recinto del Castillo de Praga. Carlos IV asignó su construcción al experimentado arquitecto francés Matías de Arás, que conoció en la Corte Papal en la ciudad de Avignon.

Joven y atrevido

La Catedral de San Vito,  foto: Tomáš Adamec,  ČRo
Matías de Arás falleció ocho años después, y Carlos IV dejó la obra en las manos de Petr Parléř. El joven arquitecto alemán no tenía miedo de poner en marcha su creatividad, según indicó para la Radiodifusión Checa el arquitecto Petr Chotěbor, de la Administración del Castillo de Praga.

“Petr Parléř llegó a Praga con 23 años de edad. Su llegada supuso cambios fundamentales en todo el concepto de la catedral. Por ejemplo, construyó las capillas en diferentes planos horizontales y los pilares de entrada los alzó con diferentes perfilaciones. Por supuesto, se vio obligado a enlazar con lo que ya había sido construido, pero se atrevió a realizar una serie de cambios. Gracias a él la catedral es conocida en el contexto Europeo”.

Carlos IV
Conocido a nivel europeo era también el currículum del padre del joven arquitecto, Enrique Parléř, que tenía a sus espaldas emblemáticas obras en importantes ciudades europesas como Basilea, Viena o Núremberg. Aún sigue siendo incierto dónde el rey Carlos IV conoció exactamente al joven arquitecto, prosigue Petr Chotěbor.

“Parléř procedía de la ciudad suabia de Gmünd. Según la inscripción que está encima de su busto, el rey Carlos IV lo trarjo desde esa ciudad a Praga. Aunque yo creo que no es cierto del todo. Es verdad que Parléř aprendió el oficio de su padre, pero después tuvo que realizar prácticas en otras plantas de construcción. Así que podría haberlo conocido en Colonia y Estrasburgo”.

Carlos IV no temió dejar la construcción de una obra tan importante en las manos de un arquitecto de tan corta edad. Esto se debe quizás al hecho de que el mismo rey también era joven cuando empezó a elevar la importancia de Praga a nivel de las grandes urbes europeas.

La Capilla de San Venceslao,  foto: Barbora Kmentová
Petr Parléř dedicó a la construcción de la Catedral de San Vito y su decoración escultural más de cuatro décadas. Especial atención se la dedicó a la Capilla de San Venceslao, el lugar más sagrado de la catedral. Su bóveda la proyectó en forma de estrella y decoró sus interiores con más de 1.500 piedras preciosas. Encima de la lápida sepulcral de San Venceslao alzó la estatua del santo.

Karlštejn, el Templo de Santa Bárbara y otras joyas arquitectónicas

La Catedral de San Vito no representa la única huella de Petr Parléř en el territorio de Bohemia. Hasta 2007 se creía que era también el responsable de la construcción del Puente de Piedra, conocido en la actualidad como el Puente de Carlos. De acuerdo con los protectores de los monumentos históricos solamente participó en esta obra, pero el encargado de su construcción fue supuestamente el pedrero Oto, conocido también como Otlin.

La Torre del Puente de la Ciudad Vieja,  foto: Štěpánka Budková
Es cierto que Petr Parléř es autor de la Torre del Puente de la Ciudad Vieja, alzada en el primer pilar del Puente de Carlos. Fue construida originalmente como una fortificación, pero debía simbolizar también un arco de victoria. Esto se debía al hecho de que el rey Carlos IV estableció un nuevo camino de coronación para sus continuadores, que atravesaba precisamente el puente gótico. Parléř finalizó asimismo la construcción de la Iglesia de Todos los Santos, situada en el recinto del Castillo de Praga.

El arquitecto vivió en la capital checa hasta el ocaso de su vida, siendo considerado un maestro importante y un ciudadano honrado. Encabezó también una importante planta de construcción, fundada por el arquitecto de Matías de Arás y formada por unos de los mejores pedreros y artesanos de Europa. La planta recibió importantes encargos, entre ellos la construcción del Templo de Santa Bárbara en la ciudad de Kutná Hora y la catedral de San Bartolomé, en Kolín.

Petr Parléř participó asimismo en la construcción del castillo de Karlštejn, la residencia del rey Carlos IV, donde según una leyenda las mujeres tenían prohibida la entrada.

El castillo de Karlštejn,  foto: Martina Schneibergová

Tras la muerte de Parléř en 1399, se encargaron del mando de la planta sus hijos.

El duomo de Milán inspirado en la Catedral de San Venceslao

Klára Benešovská,  foto: Martina Schneibergová
La fama de la planta de Parléř se difundió en breve a lo largo de Europa y muchos maestros fueron convocados para asistir a la construcción en otras ciudades europeas.

Por ejemplo en Milán, donde se iniciaba la construcción del Duomo, precisaban la presencia del hijo de Petr Parléř, Juan, según apuntó la historiadora del Instituto de la Historia de las Artes Klára Benešovská.

“Querían una catedral inspirada en la que había mandado construir el emperador Carlos IV. Gracias a las facturas de la planta de construcción milanesa sabemos que acudieron también a Praga. Los diplomáticos que llegaron a la corte de Venceslao IV, el hijo de Carlos IV, tuvieron que esperar mucho tiempo a que el rey les atendiera, y tuvieron tiempo para ver la arquitectura de Praga. Sabemos que el hijo de Petr Parléř entonces ya se había ido a Viena, a donde se dirigieron también dichos diplomáticos italianos. Desgraciadamente, se desconoce en qué medida participó su hijo en la construcción del Duomo de Milán”.

El Duomo de Milán,  foto: Archivo de ČRo - Radio Praga
Queda documentado que a Milán se trasladó Heinrich Parléř, el sobrino del renombrado arquitecto. No obstante, entró en una disputa con los pedreros italianos acerca de los pormenores de la construcción.

Tras la muerte de Juan Parléř se encargó de la planta de construcción el maestro Petrlík. La planta dejó de funcionar cerca del año 1419, en la época de las Guerras Husitas, que detuvieron el desarrollo del Reino de Bohemia durante un largo periodo y dieron inicio a un capítulo oscuro de la historia checa.