Régimen de Juan Domingo Perón perseguía a los inmigrantes por hablar checo

Patricia Garrido (Foto: autor)

La historiadora argentina, Patricia Garrido, publicó un libro muy merecedor que trata de los inmigrantes checos y eslovacos en ese país latino. En el libro llamado "Sbohem/Adiós/Zbohom", que son tres palabras con el mismo significativo en checo, castellano y eslovaco la escritora reunió las memorias de muchos inmigrantes de esos países centroeuropeos que llegaron a buscar fortuna a Argentina. Más en esa edición de "Legados del Pasado" en la entrevista con Patricia Garrido.

¿Cuántas personas de origen checo o eslovaco residen actualmente en Argentina?

"No hay estadísticas oficiales. No obstante, según los apuntes de las autoridades acerca de la cantidad de checos y eslovacos que en su momento llegaron a Argentina, fueron más que 30 mil. Algunos volvieron en los años cincuenta cuando el gobierno checoslovaco les invitó a regresar."

¿Qué época fue más importante con respecto a la inmigración checa a Argentina?

"Bien, hay una época importante cerca del año 1914 por la Primera Guerra Mundial. Luego la más grande oleada de inmigración checa es entre 1927 y 1930 y luego hay otra menor en cantidad de personas, desde 1945 unos 3 o 4 años adelantados de esa fecha".

¿En que profesiones se ocuparon los inmigrantes checos en Argentina? Según indica Vd. en su libro, muchos tenían un trabajo muy duro.

"Sí, fue muy diferente según el año en que llegaron. Los de las dos primeras oleadas se tuvieron que dedicar a los trabajos manuales en agricultura, industria de petróleo y en el caso de mujeres la limpieza o niñeras. Luego, los que fueron en la tercera oleada en los años 40 y adelante, muchos eran personas que tenían alguna instrucción de aquí con estudios universitarios, a veces terminados, y tuvieron otro destino profesional. Sin embargo, la mayoría de los checos trabajaron como agrícolas, ganaderos y habían sólo pocas excepciones, tal que alguien era médico, otro periodista. El gobierno argentino invitó a los inmigrantes para poblar las zonas con poca gente, las que eran agrícolas".

¿Y hay algunas personalidades checas que jugaron algún papel más importante en Argentina o alcanzaron fama en su país adoptivo?

"Hubo un escultor muy importante, Josef Sedlácek en la zona de Santa Fe. Este fue uno de los artistas que obtuvo muchos premios y que convence con su origen muy humilde. Luego en el campo económico hubo también un grupo de checos que fundaron una cooperativa, en la ciudad de Sáenz Peña, en Chaco, lo cual fue muy importante y les daba mucho crédito a las personas que llegaron sin nada y organizaron la distribución de carne por toda la provincia. Después la llamaban la 'Cooperativa Checa' porque todos eran checos. Un ejemplo de la personalidad puede ser también Francisco Latzina, nacido en Brno, Moravia, que se dedicó a estudiar ciencias, matemática, astronomía, navegación y meteorología. Latzina fue profesor en varias escuelas y colegios en Argentina y publicó muchos libros. Luego hubo un violonchelista, Bohumil Sýkora, y después un actor muy famoso, José Trojánek. Algunos checos, aunque no tuvieron un alcance nacional, desarrollaron las actividades muy importantes para el futuro de sus ciudades y regiones en Argentina".

¿Siguen manteniendo los checos y los eslovacos en Argentina sus tradiciones? ¿No han olvidado su idioma materno?

"Las personas que residen principalmente en Chaco, donde se ubica la colectividad checa más grande en Argentina, y además en las Misiones, en Rosario, en Santa Fe, y en Mendoza, forman grupos que tratan de conservar, en la medida de lo posible, las fiestas tradicionales y hacen, cuando se reúnen, las comidas típicas, aunque muchos de ellos lo siguen haciendo también en sus hogares. También hay un gran interés por conocer el idioma. Algunos lo hablan, porque sus padres se lo enseñaban. No obstante, esto depende de la zona, en algunas regiones no se lo enseñaban a sus hijos por la persecución política".

¿Los checos fueron perseguidos por su idioma en Argentina?

"En la época de Juan Domingo Perón, los oficiales eran fanáticos contra el comunismo y pensaban que quizás las personas que se han venido acá de Checoslovaquia, han venido con esas ideas. Desgraciadamente pasó eso. Sin embargo no se dio de igual manera en todos los lugares. Se dio sólo en los sitios donde la colectividad checa fue más pequeña. Por ejemplo en Chaco no se sintió de la misma manera y las asociaciones no se cerraron. Al contrario en Mendoza hubo un club checo y forzaron a cerrarlo. En algunos lugares dejaron los inmigrantes de hablar checo por miedo".

¿Registró Vd. algunas reacciones de los entrevistados después de que hayan leído su libro?

"La mayoría de ellos fue muy emocionada. Especialmente las personas que son demasiado mayores se sintieron muy orgullosas de que sus historias estuvieran en un libro. A veces entrevisté a la gente que mientras que terminó el libro ya no están ahora entre nosotros y entonces para sus hijos ha sido muy importante que estuvieron aquí en el libro porque muchos de ellos tienen un sentimiento de que no le han agradecido suficientemente por todo el sacrificio que hicieron".

Patricia Garrido, historiadora de 35 años, se interesó en las culturas de la Europa de Este ya durante sus estudios universitarios. Por azar comenzó a investigar sobre los inmigrantes de esos países en Argentina. Al final de nuestro agradable encuentro explica que quisiera continuar con esa investigación e invita a todos los que puedan ofrecerle algunas nuevas informaciones sobre la inmigración checa y eslovaca en Argentina.

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