¿Cómo son los adolescentes checos?

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Todos, seguramente, tuvimos alguna vez la misma experiencia. Fuimos testigos de una conversación entre personas mayores que criticaban el modo de vida actual, recordando que antes todo era mejor, había menos problemas, la vida era más tranquila, la gente más atenta y los jóvenes mucho mejor educados. Los problemas generacionales no son nada nuevo y cada época, sin duda, tiene sus rasgos positivos a la vez que puede tener otros negativos.

¿Cómo son los adolescentes checos contemporáneos? ¿Qué opinan sobre la escuela, la amistad, de sus padres y otras cuestiones? Sobre el tema conversamos con dos chicas checas: Stáña, de quince años de edad, de Praga y Jana, de dieciocho años, que vive en un pueblo de Moravia, al este de la República Checa.

Stáña y Jana son estudiantes, por lo que nos interesan sus éxitos escolares.

"Bueno, en la escuela todo va bien, aunque a veces me parece que las maestras nos exigen demasiado", opina Stáña.

"Yo creo que no tengo mayores problemas con el estudio, pero claro, hay veces que no todo me sale bien", indica Jana.

Stáña señala que la mayoría de los maestros de su escuela son muy agradables y mantienen buenas relaciones con los alumnos. Y, ¿Cómo se entienden Stáña y Jana con sus padres?

"Creo que tengo buenas relaciones con mis padres. Lo cierto es que últimamente discutimos mucho, pero reconozco que es por cosas sin mayor importancia, como en cualquier otra familia", dice Stáña.

También Jana señala que en este sentido no tiene mayores problemas.

"Puedo decir que hasta el presente no me he podido quejar de mis padres. Nos queremos mucho y cuando tengo algún problema, sé que puedo hablarlo con ellos. Mis padres no suelen gritar y regañarme y los eventuales problemas que puedan surgir tratan de solucionarlos con calma".

Ambas chicas atribuyen en la vida una gran importancia a la amistad y cuentan que tienen muchos amigos. Stáña añade que igual importancia tiene el amor y afirma que su futuro esposo deberá ser bueno e inteligente. Al preguntarle a qué edad piensa casarse, Stáña reacciona de inmediato.

"Seguro que no ahora, soy muy joven todavía. Creo que lo mejor es casarse después de los 25 años de edad. Antes no porque uno tiene que madurar primero, divertirse un poco y sólo después contraer matrimonio. Cuando llegan los hijos ya no hay tiempo para muchas cosas. Lo sé, porque en casa somos tres hermanas".

En cuanto al aprovechamiento del tiempo libre, Stáña indica que practica el escutismo y que le gusta mucho salir a la naturaleza. Jana prefiere el baloncesto y los viernes suele visitar con sus amigos una discoteca. Y, ¿qué opinan sobre la droga, la han experimentado?

"Pues el cigarrillo lo he probado, lo mismo que algunas bebidas alcohólicas, pero las drogas como tales realmente no", afirma Stáña y añade que algunos jóvenes de su escuela consumen drogas.

"Me han ofrecido algunas drogas varias veces, pero no es lo que a mí me hace falta. Yo ni fumo. A veces, en la discoteca me tomo algún coctail con alcohol, eso es lo único. Algunos de mis amigos fuman marihuana, pero a mí no me atrae", sostiene Jana.

¿Qué importancia le atribuyen en la vida al dinero?

"Pues, es bueno si se tiene dinero, pero si no se tiene, tampoco es una gran tragedia. Uno se las arregla siempre de alguna manera y, además, en la vida hay otras cosas mucho más importantes", señala Jana.

En cuanto a la opinión que tienen respecto a los adultos en general, Stáña y Jana no son tan críticas. Stáña valora que haya adultos que traten de entender a los jóvenes. Lo que le molesta es cuando los adultos se ponen demasiado serios y no aceptan alguna broma o comportamiento para ellos inusual de los adolescentes.

"Yo creo que cada generación, cada época tiene algo característico pero que, en lo general, todos nos parecemos", resume Jana.

Sobre la escuela, la amistad, el matrimonio, la droga y otras cuestiones hablamos en esta A Toda Marcha con Stáña y Jana, dos adolescentes checas.

Y ¿Qué opinan ustedes, amigos, sobre el tema?