Demasiado calor

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Este año el invierno en la República Checa fue largo y frío. La gente se quejaba de depresiones y literalmente "rezaba" para que pronto terminara. La primavera casi no asomó su cara y fue más bien la prolongación de la temporada invernal. Pero de la noche a la mañana todo cambió...

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Seguir el pronóstico del tiempo es una de las cosas, digamos, más frecuentes que hacen los habitantes de Europa Central. La falta de sol durante el invierno nos obligaban a mirar el pronóstico del tiempo por la noche, y por la mañana convencernos de que era cierto en el termómetro al lado de la ventana en nuestros dormitorios.

Pasadas las bajas temperaturas llegaron las primeras lluvias, pero debido a su intensidad se alarmaron los expertos del Instituto Hidrológico que advirtieron ante el peligro de inundaciones.

Pasado el susto, los checos registraron el ansiado buen tiempo. Aparecieron los primeros rayos de sol y los días fueron más placenteros. Pero poco a poco más sol y más calor, y más sol y más calor, hasta llegar a temperaturas tropicales que superan los 30 grados centígrados.

En A Toda Marcha conversamos con varias jóvenes praguenses que nos contaron qué tal llevan la ola de calor tropical. Empezamos con Linda que después de vivir muchos años en Canadá sabe de bajas y altas temperaturas.

"A pesar de que estoy acostumbrada a las temperaturas de Toronto, en Canadá, que llegan a alcanzar hasta los 35 grados centígrados, creo que aquí en Praga ya sufrimos mucho por el calor, por lo que daría la bienvenida a una tormenta que enfríe un poco el ambiente".

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Los calores tropicales se pueden combatir de varias formas. La receta universal sigue siendo irse a un lago, estanque o piscina, sin olvidar el consumo regular de líquidos, preferiblemente unos tres litros por persona diariamente.

No obstante, el calor, las altas temperaturas durante muchos días seguidos puede llegar a ser un peligro para las personas mayores y los niños. Los médicos recomiendan que los ancianos, las personas mayores y los niños salgan de casa en horas de la tarde o noche, cuando las altas temperaturas hayan disminuido.

Pavla nos narró que a ella el calor no le afecta mucho, que tiene la situación dominada y bajo control.

"Por suerte yo no tengo mayor problema con el calor, en mi oficina tengo aire acondicionado, así que lo paso muy bien. Un tanto problemático resulta el viaje de vuelta a casa, al salir del edificio, pero la verdad es que tengo auto también con aire acondicionado, por lo que en realidad no puedo quejarme".

Aquí en Praga, las autoridades de la ciudad toman una serie de medidas para aliviar a los ciudadanos. Frecuentemente carros cisterna rocían las calles que irradian mucho calor. También resulta indispensable rociar los rieles por los que circulan los tranvías, porque muchas veces el calor los dilata hasta que se parten.

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Muy de moda se han puesto las playas artificiales. Desde hace varios veranos, siguiendo el ejemplo de Francia, Alemania y Hungría, surge en la capital checa, cerca de la ribera del río Moldava una playa artificial, con arena y todo lo indispensable para deleite de grandes y chicos.

Una de las mayores aficionadas a esta diversión y manera de luchar contra el calor es Daniela.

"El calor me encanta, creo que realmente me gustaría tener estas temperaturas a lo largo de todo el año". Otra de las enamoradas del calor es Dita, que asegura encontrarse encantada con este tiempo tropical en Europa Central. Gran alegría le causó el reciente pronóstico del Instituto Meteorológico checo que anunció que el calor tropical permanecerá hasta finales del mes en curso.

"Debo decir que estas altas temperaturas... personalmente no me molestan en absoluto, todo lo contrario disfruto mucho el calor, pero lo que sí me molesta sobremanera es el viaje al trabajo, en tranvía y en autobús, porque muchas veces hay personas que sudan mucho...y pueden imaginarse lo difícil que resulta...hacer como que no pasa nada".

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