Hay checos que quieren restablecer la monarquía en el país

Korunovační koruna

No todos los checos están contentos con que el país sea una república encabezada por un presidente. Existen algunos, aunque minoritarios, que preferirían una monarquía constitucional, siguiendo el modelo de reinos europeos como, por ejemplo, España. Según el partido monárquico, Corona Checa, el monarca simboliza estabilidad, mientras que presidente es resultado de maniobras políticas.

Si preguntamos qué opinan los checos sobre el cargo presidencial o cómo se imaginan a un presidente ideal, podemos obtener una respuesta similar a la de Jiří Bárta, director de la fundación VIA.

“No creo que haya cambiado la imagen que tienen los checos sobre la figura del presidente. En el fondo queremos a un monarca o a un “padre de la nación”, que siempre dé buena impresión y que sea un gran sabio. Si no sabemos resolver nuestros problemas, le mandamos una carta y él decidirá por nosotros. Creo que la gente desea tener una especie de icono en el cargo presidencial”, opina Barta.

Monarca o “padre de la nación” puede sonar conservador o retrógrado para quien viva en una civilización moderna del segundo milenio. No obstante, hace menos de un siglo se le llamaba padre a Tomáš Garrigue Masaryk, primer presidente de la República Checoslovaca, fundada en 1918, y poco antes el país formaba parte del Imperio Austro-Húngaro con el emperador Francisco José de Austria al frente.

Restablecer la monarquía es el objetivo principal de la Corona Checa, Partido Monárquico de Bohemia, Moravia y Silesia. Sin embargo, quién ocuparía el trono es una cuestión complicada, según explica el presidente de esa agrupación, Václav Srb.

Bula de Oro Siciliana
“Conforme a la Bula de Oro Siciliana y la Sanción Pragmática, el derecho hereditario a la corona checa lo posee la Casa Habsburgo. Éste es el punto de vista histórico y legal. Sin embargo, esta familia ha sido odiada por los checos o, por lo menos, mal interpretada. Si los Habsburgo no fueran aceptados, podría ser alguna de las dinastías europeas o algún representante de la nobleza local. Mencionaría a los Lobkowicz, Sternberg o Schwarzenberg, entre otros nombres”, opina el presidente de los monarquistas.

Los monarquistas checos no piden un reino absolutista con el poder centralizado en las manos del soberano, sino que una monarquía democrática constitucional con Parlamento como ocurre, por ejemplo, en España. La gestión del país estaría en manos de los representantes políticos y de los Tribunales. Según Václav Srb, el líder del estado es un símbolo vivo y como tal debe actuar.

“El jefe del estado es el símbolo de la unión nacional, es un estandarte vivo. Es obvio que el monarca responde mejor que el presidente a la esencia del símbolo. Mientras que el presidente es resultado de los cálculos políticos, el monarca está fuera por encima de los partidos políticos”, explica Václav Srb.

Lo único que cambiaría en la vida política del país, sería que en vez de elegir cada cinco años a un nuevo presidente o reelegir al antiguo, un monarca permanecería treinta o cuarenta años, heredando el poder a uno de sus hijos. Los monarquistas opinan que, en comparación con el presidente, el monarca es profesional, ya que se prepara para desempeñar este cargo desde la infancia. Además, la larga permanencia del monarca en el trono es garantía de estabilidad.

 Václav Srb  (Foto: CTK)
Sin embargo, para que la República Checa se transforme en una monarquía constitucional, debería darse un cambio radical. Václav Srb asegura que el Partido Monárquico no prepara ningún levantamiento masivo.

“A cada monarquista o conservador las palabras revolución, insurrección o golpe de estado le provocan escalofríos. Según el concepto de nuestro partido, la implantación de la monarquía deberá realizarse utilizando exclusivamente instrumentos legales estipulados en la constitución”, matiza Srb.

Los monarquistas preferirían un referéndum, pero éste no forma parte del sistema jurídico checo, por lo que el pueblo no puede ratificar una decisión política. Por ejemplo, en el pasado se efectuó un referéndum ad hoc sobre la adhesión de la República Checa a la Unión Europea, pero se trató de una excepción.

Un referéndum sobre el cambio del estatuto del país es el fin de los organizadores de una petición que apareció en Internet como reacción a las actuales elecciones presidenciales. Se titula “Eliminemos a los presidentes” y aunque no se trata de una actividad del Partido Monárquico, su objetivo es similar: instaurar a un monarca al frente del Estado checo. El Partido monarquista checo nunca ha recibido el mínimo de votos necesario para formar parte del Parlamento, se trata de una formación extraparlamentaria y más bien minoritaria.

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