Los checos aman a Praga pero sus habitantes no tienen la misma simpatía

Jakub

Durante mis visitas laborales o personales a diferentes localidades de la República Checa he tenido la posibilidad de conversar con un sinnúmero de personas. Estando fuera de la capital, me he encontrado frecuentemente con la opinión de que mientras Praga es una ciudad muy bella, sus habitantes son gente desagradable y presumida.

Praga
Durante mis visitas laborales o personales a diferentes localidades de la República Checa he tenido la posibilidad de conversar con un sinnúmero de personas. Estando fuera de la capital, me he encontrado frecuentemente con la opinión de que mientras Praga es una ciudad muy bella, sus habitantes son gente desagradable y presumida. Cuando las personas que lo decían se enteraban de que también yo era "una praguense", solían añadir que "claro, podía haber una excepción a la regla". Se me ocurrió dedicarle al tema esta edición de A Toda Marcha.

En mi encuesta he invitado a participar a personas de diversas edades y provenientes de diferentes lugares del país. Confieso que sus opiniones me sorprendieron gratamente.

¿Cuál es su relación hacia Praga y hay algo en ella que recomendaría a los demás?

Jakub
"Praga es la capital de la República Checa a la vez que es una ciudad en la que se encuentran valiosas obras históricas. Estoy muy orgullosa de nuestra capital", afirmó Tereza, quien tiene algo más de cuarenta años de edad.

"Praga es una grande ciudad que a mí me gusta mucho, porque tiene un sinnúmero de monumentos histórico-arquitectónicos. Cuando tengo tiempo, que no es con frecuencia, viajo a la capital checa y me doy un paseo por su casco histórico, que es precioso", dijo Jirina, de sesenta años, oriunda de Moravia del Sur.

"Para mí Praga, en primer lugar, es la capital de la República Checa. Es también la ciudad de los reyes de Bohemia, entre los que destaca Carlos IV. quien mandó a construir en ella uno de los más antiguo puente de piedra de Europa Central que hasta hoy lleva su nombre", sostuvo Jakub, estudiante de quince años de edad, oriundo de Benesov, un pueblo cerca de Praga.

"Praga es la capital checa, pero estuve en ella sólo una vez en mi vida y por un tiempo muy corto, así que conozco muy poco", así dijo Zdeñka de unos 35 años de edad, quien vive en Bohemia del Este. ¿Hay algo que no les gusta en Praga?

"Todo me gusta en esa ciudad aunque, si lo pienso bien, hay una cosa que no me gusta y es el gran número de perros que hay en ella y que andan sueltos. Tampoco me gusta el desorden que dejan esos canes, o sea, sus excrementos por todas partes y que nadie recoge. Eso no me gusta en absoluto", sostuvo Jirina.

"Lo que a mí no me gusta son las personas con mal carácter y gruñonas, pero ésas las hay no sólo en Praga. Otra cosa que no me gusta son las paredes de los edificios históricos pintadas con graffiti. Tampoco esto es característico sólo de Praga", dijo Tereza.

"A mí en Praga no me gusta el intenso tráfico, el smog que hay en todas partes, así como esa gran concentración de gente. Pero lo peor es el nivel de contaminación del entorno", apuntó Jakub. Y ¿Qué opinan de los praguenses?

Jakub
"Los habitantes de Praga son personas como cualquier otra. Algunos son muy buenos, otros son gente mala", insistió Jirina.

"A primera vista reconozco a los habitantes de la capital. Son gente bastante creída, desdeñosa. Eso se nota, por ejemplo, en su atolondrado comportamiento en las carreteras al manejar un automóvil y en muchas otras cosas. Pero hay también praguenses que son personas excelentes, unos cuantos al menos. Tengo allí a un par de amigos, y parte de mi familia vive en Praga", señaló Jakub.

"Yo no distingo entre praguenses y los demás ciudadanos checos. Entre todos hay gente buena, gente mala y gente menos buena", matizó Tereza, quien vive en Bohemia del Sur.

Quizás haya influido en este sondeo el hecho de que sus participantes tuvieran que expresar sus posturas al micrófono, pero quizás también la opinión generalizada sobre los praguenses no sea tan negativa como me había parecido antes.