Los turistas checos cambian los campings por hoteles de lujo

Las vacaciones, esa época del año que todos añoramos, se pueden disfrutar de muchas maneras. Cada persona, cada familia lo hace de acuerdo a sus gustos o de acuerdo a sus posibilidades económicas. Con el correr de los años el poder adquisitivo de los ciudadanos checos ha aumentado y con ello se ha ampliado la oferta de las agencias de viaje.

A mediados de los años 90, el 60 por ciento de los turistas checos que viajaron de vacaciones al extranjero lo hicieron en autobús. Hoy tan sólo una cuarta parte de los turistas viaja en autobús y crece el número de viajeros que utilizan los servicios de las aerolíneas.

De acuerdo con estudios de institutos demoscópicos checos las excursiones en avión representan la mitad del total de los viajes de placer organizados. Hana, una joven praguense nos relata como han cambiado las vacaciones en los últimos años.

"Bueno, los cambios los veo en primer lugar en la generación de mis padres, que se han vuelto...digamos más "cómodos" y a la vez exigentes a la hora de escoger las vacaciones. Mis padres y sus amigos averiguan antes dónde está situado el hotel, qué tipo de comida sirve, e inclusive qué cantidad de comida sirven. Primero quiero saber si los servicios y confort es bueno y después preguntan por el precio".

Los checos se han vuelto más exigentes en lo referente al alojamiento. El aumento de turistas de Europa del Este que empezaron a viajar a los destinos turísticos que antes resultaban imposibles ha desatado una fuerte competencia entre los hoteleros del sur del Continente.

Mientras que a mediados de los años 90 alojarse en un hotel de cuatro o cinco estrellas era algo extraordinario para los checos, actualmente semejantes instalaciones son utilizadas por una tercera parte de los viajeros.

Según los datos de las agencias de viajes, se puede decir que los checos cambiaron los campings por hoteles de lujo.

Claro está que los campings siguen siendo atractivos para la juventud y para cierto sector de la población.

Hana nos cuenta en qué momento estaría dispuesta a pasar sus vacaciones en una tienda de campaña.

"Ir de vacaciones con tienda de campana no me molesta, puedo decir que me gusta, pero lógicamente depende mucho del lugar que uno desea visitar o conocer. Si va en busca de aventura y de naturaleza es una cosa y otra muy diferente si va en busca de cultura y monumentos históricos".

Las costumbres, el estilo y los destinos de las vacaciones han cambiado significativamente en la última década. Además de los viajes en avión, y los hoteles de cuatro y cinco estrellas, se han puesto muy de moda las ofertas de complejos hoteleros "all inclusive".

Estos servicios resultan muy atractivos para los checos que los buscan y aprovechan, sobre todo, en países exóticos.

En este sentido cabe señalar que el turismo de aventura también ha empezado a tener muchos seguidores entre los viajeros checos que frecuentan desde safaris en África hasta las rutas de los indígenas en América Latina.

"Noto en mí y también en mis amigos que hemos empezado a viajar a países que antes resultaban destinos imposibles, que antes eran una especie de sueño. Buscamos lugares lejanos, exóticos con muchas riquezas naturales, con mucha historia y con una buena dosis de aventura".

El poder adquisitivo de los checos, a la hora de salir de vacaciones, se nota también en el hecho de que ya no cargan comida consigo. Comen en restaurantes y utilizan los servicios de alquiler de automóviles, compran excursiones y en general se pueden dar mayores lujos que a principios de los años 90.

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