“Al hablar sobre nosotros en su prensa reconocen que hay una oposición interna en Cuba”

José Luis García Paneque, foto: ČTK

Uno de los invitados del Foro 2000 de este año ha sido el disidente cubano José Luis García Paneque, que ha comentado con Radio Praga su reciente excarcelación, la situación actual de los opositores y las reformas que han tenido lugar en la isla.

El Foro 2000, auspiciado por el ex presidente checo Václav Havel, supone cada año un punto de encuentro de intelectuales y activistas pro derechos humanos en el que nunca faltan representantes de la oposición al régimen cubano.

José Luis García Paneque,  foto: ČTK
En esta ocasión, Praga ha contado con la presencia de José Luis García Paneque, cirujano y periodista encarcelado durante la llamada Primavera Negra de 2003 y expulsado del país el pasado mes de julio junto a otros disidentes. García Paneque explica su puesta en libertad como el resultado de diversos esfuerzos provenientes de distintas direcciones.

“La liberación mía comprende tres etapas. Es decir, están las damas de blanco, que lucharon más de siete años por nuestra liberación. Está la muerte de Orlando Zapata Tamayo, que perdió su vida en una huelga de hambre. Está la huelga de más de 136 días de Guillermo Fariña Hernández, que realmente levantó nuevamente el clamor internacional. La mediación de la Iglesia y el gesto del Gobierno español de acogernos acá en España propició que fuéramos excarcelados. Nosotros no fuimos liberados, porque las condenas nuestras no fueron ni conmutadas, ni amnistiadas, ni perdonadas en Cuba. Lo demuestra el hecho de que 12 de nosotros aún permanecen en prisión porque no quieren salir de Cuba”.

La excarcelación se produjo con la condición de que los liberados no permanecieran en la isla, lo que según García Paneque, es una especie de reconocimiento oficial de la existencia de presos políticos en Cuba, hecho que el régimen siempre había negado. Además, por primera vez gozan de resonancia pública en la isla, sostuvo.

Foto: Richard Hewitt / Stock.XCHNG
“Es que el hecho de publicarlo ya en su prensa, de denigrarnos en su prensa, está siendo un reconocimiento hacia dentro de la isla de que la oposición interna existe”. Sobre el destino del resto de presos políticos todavía se está discutiendo, aunque las perspectivas no son nada halagüeñas, según García Paneque.

“Hay que ver si van a cumplir con el compromiso que hicieron con la Iglesia, de liberarlos en Cuba y bajo qué figura y qué condiciones los van a liberar. Porque lo que tenemos últimamente es que les van a dar una licencia extrapenal. En esas condiciones tienen una espada de Damocles sobre sus cabezas, que en cualquier momento los vuelve a llevar a prisión”.

La liberación de presos políticos, junto al emprendimiento de varias reformas políticas y económicas, es considerado generalmente por la opinión pública internacional como síntomas de ablandamiento del régimen de los Castro.

Para García Paneque, aunque los cambios indican cierto agotamiento, no son transformaciones sinceras y en cualquier momento se puede volver atrás. Respecto a la reciente autorización de la iniciativa privada en el país, medida con la que se quiere amortiguar el despido de unos 100.000 empleados públicos, el disidente duda que realmente mejore la calidad de vida de los afectados.

Foto: Carlos Ferrer
“No creo que ahora estas personas tengan alguna oportunidad de iniciativa individual, colectiva o privada real, porque de entrada carecen de capital. Y si alguien les provee un capital, qué garantías tienen de que su capital una vez invertido no sea expropiado en un corto periodo de tiempo, o que posibilidades hay de reinvertir las ganancias que puedan obtener de ese negocio. Si usted va a proveer un bien o un servicio, necesita un mercado. Cuba no está en condiciones de tener un mercado interno que se mueva, capaz de absorber lo que quizá pudiera ofrecerle esta gestión individual fuera del régimen”.

José Luis García Paneque se unió en 1998 a la Agencia de Prensa Libre, un proyecto de periodismo alternativo en Cuba del que fue nombrado director en 2000. Fundó también una asociación médica independiente, administró la biblioteca independiente Carlos J. Finlay y formó parte del proyecto Varela, actividades que le valieron ser considerado activista en contra de la independencia nacional y económica de Cuba.