Amantes del vino ocuparon el palacio de Bucovice

"No bebemos para caer sino para crecer", dice un proverbio persa. Estas palabras las tuvieron seguramente muy metidas en el corazón los que visitaron el pasado sábado el palacio de Bucovice, en Moravia del Sur, para pasar un rato ameno con una copa de vino.

Mucho sol, grandes uvas y mucho azúcar fue el deseo de la alcalde Sárka Silerová a los vinicultores que acudieron a la degustación de Bucovice. Por octava vez los amantes del vino inundaron arcadas y salas del palacio renacentista. Los más experimentados trajeron cajas de plástico con trozos de queso, chorizo, embutidos, chicharrones y pan sabiendo muy bien que para no embriagarse hay que intercalar la degustación del vino con comida.

Los vinos degustados procedieron de todas las regiones vinícolas de la República Checa, precisó el presidente de la Asociación de los Vinicultores Palaciegos, Ales Navrátil.

"El hecho de que exponemos vinos de las regiones moravas desde Uherské Hradiste hasta Znojmo, incluyendo algunas muestras de Bohemia, es un poco atípico en comparación con otras exposiciones locales. A menudo se presentan también vinos de Eslovaquia y Austria".

Este año los organizadores ofrecieron además vino de Chile, agregó Ales Navrátil.

Ales Navrátil
"Es el primer intento de comparar cómo podemos competir con la producción del exterior. La oferta de América del Sur es bastante rica, los vinos son bellos. Creo que en cuanto a los vinos blancos somos capaces de competir si hay una buena cosecha pero en el caso de los vinos tintos nos pone en desventaja el clima".

La botella que más rápido se vació fue la de Traminer del vinicultor Tomás Tetur de Velké Bílovice, que ganó el concurso de la degustación del palacio de Bu?ovice.

"Naturalmente hay aquí también vinos que no están en la cima, pero yo creo que una persona que se interesa por el vino debería conocer también aquellos que no son los mejores. A veces ocurre que el vinicultor no logra elaborar bien el vino, puede estropearlo al almacenarlo. Es una gran escuela para el público no profesional".

La degustación estuvo acompañada de una rifa, se subastó vino del año 1968 y danzó el grupo folclórico juvenil de Damborice. Avanzadas las horas de la tarde, todos se reunieron junto al cimbalón para cantar y bailar.

Foto: Martina Schneibergova