Amparo Cortés: El flamenco es algo que hay que saborearlo

Amparo Cortés (Foto: Jana Sustova)

En el marco del Festival Gitano Internacional Khamoro fue invitada a participar con su música y arte flamenco la cantaora sevillana Amparo Cortés junto a su grupo en la gran gala final del pasado fin de semana. Los micrófonos de Radio Praga estuvieron allí.

Amparo Cortés  (Foto: Jana Sustova)
"Mi padre fue un gran artista, pero tuvo un poco de mala suerte en la vida, porque aunque era muy bueno cayó enfermo y tuvo que apartarse un poquito de lo que era el arte, y sufría mucho porque era lo suyo, era el cante y el baile, era su vida. Entonces como lo pasábamos muy mal no sabíamos qué hacer porque no había trabajo. Tampoco en una casa gitana en aquellos años no había costumbre de trabajar en la construcción o de pintores como ahora, que los gitanos trabajan de cualquier cosa. Antes los gitanos eran pañeros, vendían alhajas, bisutería fina, o por las ventas, por la noche, el que no sabía cantar bailaba. Vivían la vida y se hacía de otra manera, el arte de ellos era eso... Yo llegué a Bélgica en Marzo de 1966, ya tengo más años en Bélgica que en España. Pero no me he olvidado de lo nuestro, no me he olvidado de España, porque yo soy de Sevilla, mi padre es de Marchena y mi madre de un pueblecito de Almería".

Sobre su gran pasión, el flamenco, Amparo Cortés nos habla y da su opinión sobre las nuevas corrientes de este arte.

Amparo Cortés  (Foto: Jana Sustova)
"Hoy en día veo que le llaman flamenco a algo que es una fusión, y a mi me molesta que digan que eso que tocan es flamenco y no sepan ni lo que están tocando, quizá se le puede llamar de otra forma... Aunque para mí toda la música es bonita porque el arte se lleva dentro y las personas expresan sus sentimientos a su manera. Yo lo intento hacer lo mejor que puedo".

Ahora que estamos en un festival internacional de música gitana, ¿ve usted algún tipo de conexión entre el flamenco y otras músicas gitanas del mundo?

"Pues la verdad es que la música tiene algo que todas se parecen, lo que pasa es que por ejemplo una bulería un gitano de Hungría o de Rusia no la hace, pero es una música muy viva, que es fuego. En las canciones tristes ellos le dan su tristeza, que es precioso, es una vida, un sentimiento muy grande lo que le dan. Lo que es una pena es que entre un repertorio de lo que es flamenco puro se tenga que escoger solo tres cosas, y que sean las más vivas, porque hay muy poco tiempo y el flamenco es algo que hay que saborearlo".