Chequia: ¿un paraíso para cazadores furtivos?

Guardabosques y pescadores checos temen el nuevo Código Penal. La enmienda, que entró en vigor el pasado 1 de enero, cambia la definición del furtivismo. Para que éste sea considerado como delito, el daño ocasionado tiene que superar los 190 euros.

El furtivismo es uno de los delitos que con más dificultad se aclaran. En mayo del año pasado un transeúnte halló en Frýdlant nad Ostravicí, al noreste del país, un saco con restos podridos de carne y patas sin garras. Se trataba de la primera prueba directa de la caza ilegal de un oso en la sierra de Beskydy. La población en Chequia de esta fiera protegida se estima en unos cinco animales. El cazador furtivo permanece desconocido.

Los guardas forestales no ocultan su preocupación de que el nuevo Código Penal complique aún más la lucha contra los cazadores ilegales. El valor del daño tiene que ser superior a las 5.000 coronas, unos 190 euros, para que el furtivo cometa un delito. La suma estipulada es demasiado elevada, señala Bohuslav Muras, presidente de la asociación de guardabosques de Šenov, en Moravia del Norte.

“El daño surgido se puede calcular principalmente en la carne, cuyo valor se aprecia en unas 1.500 coronas si se trata de una cierva, por ejemplo. Según el nuevo Código Penal no pasa absolutamente nada. Espero que las presiones que surgen como contrapeso a la enmienda encuentren eco en los diputados y que éstos entiendan que no ha sido una decisión buena”.

Los pescadores ven la situación todavía más alarmante. Pavol Šovčík, de la Empresa Pesquera de Rychvald, teme que incluso los ladrones pillados en un estanque se burlen de las autoridades.

“Hay muy poca probabilidad de captar a una persona que se lleve 100 kilos de pescado. Es imposible que una persona alcance a pescar y cargar esta cantidad. Dudo de que el furtivo disponga de instrumentos para ello. Así que simplemente pescará 20 kilos, meterá el pescado a la mochila y se irá”.

Nuevamente, la ley también dice que es necesario lograr cazar el animal, es decir consumar el hecho, para que el furtivismo pueda ser penalizado.

Los partidarios de la enmienda están convencidos de que la nueva legislación define el furtivismo como delito con mayor precisión, lo cual ayudará a juzgar mejor su grado de peligrosidad. El problema es que no existe una tabla que calcule el precio de la presa ilegal. El Ministerio de Agricultura destaca que la evaluación dependerá de los expertos judiciales.

El nuevo Código Penal sustituyó la ley que estuvo vigente desde el año 1961. La normativa experimentó en total 70 modificaciones. Entre otras, introduce penas más severas por asesinato y daños físicos.