Crónica de una huelga anunciada

Foto: ČTK
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Los sindicatos checos habían venido anunciando la posible celebración de una huelga para protestar por la reducción de los salarios de los empleados públicos. Tras fallidas negociaciones con el Gobierno los sindicalistas confirmaron que irán a huelga el próximo 8 de diciembre.

Petr Nečas
Los empleados públicos no irán a trabajar el próximo 8 de diciembre. Con una huelga de un día quieren expresar su desacuerdo con las medidas del Gobierno de Petr Nečas que anunció la reducción de sueldos de los empleados públicos en un diez por ciento.

Ya el 21 de septiembre los sindicalistas salieron a la calle. No consiguieron ablandar al Gobierno por lo que anunciaron que se declaraban en estado de alerta de huelga.

Las negociaciones entre la Unión Sindical Checomorava y el oficialismo no llegaron a buen puerto, se estancaron por lo que los sindicalistas confirmaron la fecha de la huelga y la celebración de protestas, como nos cuenta el líder sindical Václav Pícl.

Václav Pícl  (a la izquierda),  foto: ČTK
“Además de la huelga de un día, celebraremos manifestaciones en la mayoría de las grandes ciudades del país. En la capital, Praga, nos daremos cita en la Plaza Palacký, en las cercanías del Ministerio de Salud”, indicó Pícl.

En la huelga participarán empleados públicos, maestros y médicos que recibirán el apoyo simbólico de policías y bomberos, que por ley no pueden participar en ningún tipo de huelga.

Las organizaciones sindicales anunciaron que por vez primera recibirán el respaldo de sus pares de la empresa privada, pero se negaron a revelar el nombre de la compañía, se sabe que será del sector siderúrgico y se conocerá tan solo el propio día de la huelga.

Por su parte, los empleados de la factoría automovilística Skoda dijeron que expresarán su solidaridad vistiendo camisetas blancas durante todo el día, pero que no pararán la producción.

Los médicos han informado que los hospitales reducirán la atención al público, como los fines de semana, y que las urgencias brindarán servicios como de costumbre.

La huelga fue anunciada y ya no hay marcha atrás, insistieron los sindicalistas, mientras que el primer ministro Petr Nečas se limitó a comentar que si no había marcha atrás

Jaromír Drábek
“resultaba entonces imparable, aunque el Gobierno se pusiera de cabeza”.

El ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, Jaromír Drábek, subrayó que las conversaciones con el oficialismo las habían interrumpido los sindicatos, al tiempo que algunos analistas locales señalan que la huelga servirá simplemente como manifestación de fuerza de los sindicatos, pero que ya nada hará cambiar la decisión gubernamental de reducir los salarios de los empleados públicos.