Descubrimiento checo ayuda a escoger mejor al embrión para la fecundación artificial

Foto ilustrativa: somkku9 / FreeDigitalPhotos.net

La selección del embrión a introducir en el útero de la madre es uno de los factores más importantes a la hora de llevar a cabo una fecundación artificial. Ahora un nuevo descubrimiento realizado por científicos checos elevará las garantías de viabilidad a la hora de escoger el embrión más adecuado.

Josef Fulka,  foto: archivo de Radio Praga
El equipo del Instituto de Investigación de Producción Animal liderado por Josef Fulka ya marcó un hito en 2008 al descubrir que los embriones poseen un nucléolo que resulta fundamental para su desarrollo, al modificar el material genético del padre y de la madre.

Ahora nuevos experimentos han demostrado que su importancia es relativa, explica Fulka.

“Antes se suponía que el nucléolo de los óvulos y embriones, en los cigotos, era un órgano inmortal. Nuestra investigación ha demostrado que en principio eso no es así, y que es importante solo durante una fase concreta tras la fecundación”.

Las pruebas con ratones mostraron que la eliminación del nucléolo tenía efectos negativos para el desarrollo del feto solo durante las primeras ocho horas tras la fecundación. Que esta parte de la célula desapareciera después no tenía ningún efecto.

Se trata de una información extra que aumentará la garantía de éxito en las fecundaciones artificiales, sostiene la ginecóloga Alena Langerová.

“El descubrimiento puede ayudar a la hora de escoger para la transferencia el embrión con mayor potencial para un embarazo con éxito en el marco del ciclo de fecundación extrauterina”.

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Los científicos se muestran convencidos de que este conocimiento servirá para establecer con mayor precisión los riesgos de aparición de defectos cromosomáticos en el embrión, como por ejemplo el síndrome de Down. Gracias a la fecundación extrauterina nacen en la República Checa actualmente entre un 3 y un 4% de los niños. En 2013 llegaron al mundo de esta manera unos cuatro mil. Las clínicas checas llevan a cabo cada año unos 25.000 ciclos de fecundación artificial. Aproximadamente 5.000 pacientes provienen del extranjero.