El 80% de los niños de los orfanatos acaban como vagabundos

Foto ilustrativa: Kristýna Maková

La indigencia en la República Checa es un fenómeno social, que se debe a fallos en el sistema, más que a la decisión personal del indigente o sus capacidades para tener una vida normal, según un reciente estudio de la Academia de Ciencias Checa.

Foto ilustrativa: Kristýna Maková
Más de 68.000 personas no tienen techo bajo el que guarecerse en la República Checa, según el Ministerio de Asuntos Sociales, y sobreviven como pueden, llevando a menudo una vida de vagabundos. En ocasiones la situación de los indigentes se explica a partir de problemas personales: alcoholismo, drogadicción, incapacidad de adaptarse a la vida laboral, enfermedades mentales o incluso ansia de libertad.

La realidad, según un reciente estudio del Instituto de Sociología de la Academia de Ciencias Checa, es que en la mayor parte de los casos la gente que se queda en la calle tiene poco espacio para decir si quiere o no quiere llevar esa vida, afirma el autor de la investigación, el geógrafo urbano y antropólogo Petr Gibas.

“Creo que se han subestimado los motivos estructurales, sociales. He hecho entrevistas con jóvenes indigentes, de hasta 25 años, y provienen todos de orfanatos. Es uno de los motivos clave de por qué uno se convierte en vagabundo cuando es joven. Si uno vive en un orfanato tiene un 80% de posibilidades de acabar en la calle. Y esto es un problema que se puede resolver a nivel institucional. Pero en Chequia se dice todo el tiempo que es cuestión de capacidades personales o de decisión personal. Realmente en toda una serie de casos no hubo elección alguna, la situación empuja a uno a este estado. Pero no siempre, depende, es un grupo muy diverso”.

Una vez en la calle, y adaptado a ese tipo de vida, el vagabundo va a tener cada vez más difícil su reinserción social. Es por ello por lo que la sociedad ha de ser consciente de las políticas necesarias para prevenir el problema, continúa Gibas.

Petr Gibas,  foto: página web oficial del Instituto Sociológico
“Básicamente no se está solucionando. No es que no haya servicios sociales o trabajadores sociales que se estén dedicando al tema. Hay mucha gente que se dedica a los indigentes y quiere solucionarlo. Pero por lo que respecta al sistema, no es totalmente funcional. No existen mecanismos que impidan por ejemplo que alguien se convierta en indigente cuando tiene deudas. A uno lo pueden tirar de su casa por deudas y nadie lo sabe con antelación, puesto que no existe la obligación de que el juez que lleva el caso avise a los servicios sociales o al ayuntamiento y estos puedan prestar asistencia desde que hay peligro de desalojo”.

El estudio llevado a cabo por la Academia de Ciencias compara la vida de los vagabundos de Praga y Pilsen y se centra sobre todo en su vida diaria, analizando en qué ocupan su tiempo y qué lugares frecuentan.

“Nos interesa la cotidianidad de los indigentes, es decir, la indigencia en el marco de la vida diaria. Cómo se buscan la vida, con quién se encuentran, cómo se relacionan con su entorno, cómo se mueven, adónde van y por qué. El propósito no es solo comprenderlos, sino mostrar a la sociedad cómo son en realidad los indigentes, porque sobre este tema hay muchos mitos y tendencia a estereotipar”.

Como parte del proyecto se distribuyeron cámaras fotográficas entre varios vagabundos participantes. De ahí surgió una gran cantidad de imágenes que ilustran con detalle la vida diaria de los indigentes y que servirán de base para una exposición que tendrá lugar el año que viene.

Autor: Carlos Ferrer
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