El centro de láser más potente del mundo se pone a prueba

Foto: ČTK

El centro de láser más moderno y más potente del mundo, situado cerca de Praga, ha entrado en funcionamiento en modo de prueba. Los científicos estudiarán sus capacidades para ponerlo en marcha en la segunda mitad del año.

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Bivoj, así se llama uno de los láseres que ha sido puesto a prueba esta semana en Dolní Břežany, cerca de Praga. La máquina lleva el nombre de un héroe mítico checo especialmente fuerte, capaz de cargar en los hombros un jabalí, según dice la leyenda.

Por su parte, el láser más fuerte a nivel mundial es capaz de generar una potencia de 1.000 vatios, lo que posibilitará realizar trabajos más eficaces y más precisos, según destacó Bedřich Rus, coordinador científico del proyecto.

“El láser sabe hacer muchas cosas. Es un dispositivo que genera potentes rayos de una intensidad dos mil veces mayor a la potencia de todas las plantas eléctricas en el mundo. La tecnología del láser representa una nueva generación. Haciendo paralelismo, se trata de un paso tan importante como fue la transición de la radio a válvulas electrónicas a la radio de transistores”, dijo.

Un ayudante para estudiar planetas, estrellas, proteínas y enzimas

El láser será utilizado tanto para investigaciones científicas teóricas, que ayudarán al estudio de la estructura y desarrollo de planetas y estrellas, por un lado, como para aplicaciones prácticas, por otro.

“Se trata del desarrollo de nuevos diagnósticos de células vivas, proteínas y enzimas, por ejemplo. Eso debería contribuir al desarrollo de nuevos métodos compactos de tratamiento de tumores malignos. Esperamos que, gracias a este proyecto, cada hospital pueda disponer en el futuro de una máquina capaz de eliminar los tumores malignos de manera más eficaz y más delicada en comparación con las tecnologías de hoy”, agregó el experto.

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Para la construcción del centro se utilizó tanto hierro como el que se gastó para la construcción de la Torre Eiffel. La sala está situada ocho metros bajo tierra y la construcción tuvo que cumplir con exigentes requisitos de absorción de vibraciones.

“Eso se debe al tipo de experimentos que se realizarán aquí. Vamos a aprovechar la enorme energía de los láseres, por eso tenemos que impedir la transmisión de vibraciones. Necesitamos comprimir el pulso de láser en un lapso de tiempo muy pequeño. La luz después entra en interacción con la diana y nosotros necesitamos acertar”, mencionó Roman Hvězda, gerente del centro ELI Beamlines.

El centro servirá para usuarios extranjeros, en su mayoría, por eso fue situado en Dolní Břežany, cerca del aeropuerto internacional de Praga y con una buena comunicación por autopista. En las salas trabajan 280 empleados, la mayoría de ellos proviene del extranjero.