El horario de verano e invierno, un tema muy discutido en Chequia

Foto: Štěpánka Budková

El sistema de los cambios de hora en verano y en invierno existente en Europa, sigue siendo un tema que provoca arduos debates en la sociedad checa. Mientras que unos afirman que esta alternancia aporta beneficios a la economía, los adversarios objetan que el cambio de horario dejó de tener un marcado significado económico, pero sí afecta el estado mental y la salud en general de las personas.

Michaela Marksová,  foto: Filip Jandourek,  ČRo
El horario de verano y el de invierno seguirán alternándose en la República Checa al menos durante los próximos cinco años todavía. El Gobierno checo dio su respaldo a la normativa de la Unión Europea relativa a los cambios de horario en los países miembros, según sostuvo la ministra de Trabajo y Asuntos Sociales, Michaela Marksová.

”La directiva comunitaria prolonga el sistema del cambio de horarios. El Gobierno checo reacciona a esta directiva mediante la aprobación de una regla a nivel nacional, que confirma oficialmente la vigencia del horario de invierno y de verano por un período de cinco años. La regla deberá ser presentada así para su aprobación cada cinco años”.

No obstante, el democristiano Partido Popular, una de las agrupaciones de la coalición gubernamental, considera que el sistema debería ser anulado, en vista de que actualmente sus impactos negativos prevalecen sobre sus aportes. El vicepresidente de la formación y ministro de Agricultura, Marián Jurečka, recalcó que la República Checa podría ser el primer país comunitario en pedir a la Comisión Europea la revocación del horario de verano en toda la Unión Europea.

Marian Jurečka,  foto: Filip Jandourek,  ČRo
”Estudios recientes han demostrado que los argumentos a favor del cambio de horario presentados en el pasado, o sea, los ahorros económicos y el significado económico, ya no se basan en la realidad. A la vez quedó evidenciado que prevalecen los impactos negativos de la alternancia. Por ello consideramos racional que volvamos a lo de antes, que tengamos un solo horario durante todo el aňo”.

El cambio de horario separa a la sociedad checa y los analistas sostienen que entre la población prevalecen sus adversarios. Lo confirman los resultados de un reciente sondeo de opinión efectuado en Praga, en el que la mayoría se expresó en contra de la alternancia. Esta es la opinión de una de las encuestadas.

”Yo anularía ese sistema y dejaría sólo un horario. La verdad es que siempre me cuesta mucho adaptarme al horario de verano y luego al de invierno. Necesito uno o dos meses como mínimo para acostumbrarme y durante ese tiempo duermo muy poco”.

Foto: Štěpánka Budková
La postura generalizada de los ciudadanos checos la planteó también otro encuestado.

”En determinado momento, hace ya años, el cambio de horario permitía ahorrar energía, especialmente en los centros de producción, en las fábricas. Pero actualmente son muy pocos los lugares donde se comienza a trabajar a las seis de la mañana. Más bien se trabaja desde las ocho o más tarde, por lo que considero que el cambio de horario ya no tiene justificación”.

El horario de verano, cuando los relojes se adelantan una hora a fin de aprovechar al máximo la luz diurna, rige en la República Checa ininterrumpidamente desde 1979, y a partir de 1995 dura siete meses, mientras que hasta ese entonces regía seis meses. El horario de invierno comenzará este aňo el domingo 30 de octubre, cuando a las tres de la madrugada los relojes se retrasarán una hora.