El túnel Blanka ya en funcionamiento, se espera que alivie el tráfico de Praga

Foto: ČTK

El túnel Blanka, la infraestructura más cara de la historia de Praga, se abrió al tráfico este sábado. Con él se avanza en la construcción de la primera circular urbana y se espera que se reduzca el tiempo de los desplazamientos de norte a sur, la densidad del tránsito y el gasto en gasolina de los automovilistas.

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El túnel de Blanka, de seis kilómetros de longitud, es el túnel urbano más largo de Europa y también la infraestructura más cara que se ha alzado en Praga, con un coste final de 1.587 millones de euros, 369 más que en el proyecto original. Este sábado, tras un retraso de cuatro años y numerosas polémicas, fue finalmente inaugurado.

El tiempo dirá si la espera y el volumen de inversión valió la pena. Según un estudio del Instituto de Sistemas de Transporte, el túnel notablemente reduce el tiempo en llegar del norte al sur de la ciudad, afirma su director, Pavel Přibyl.

Pavel Přibyl,  foto: ČT
“Mientras que por la Magistrala se tarda 25,2 minutos de media, por la calle Veletržní se tarda 36 minutos, y por el túnel Blanka 12 minutos”. El túnel comienza donde termina el túnel de Strahov, cerca del Castillo de Praga, y atraviesa de suroeste a noreste la península que forma en Praga el Moldava, pasando por debajo del parque de Stromovka y terminando al otro lado del río en el barrio de Troya.

Se supone que con él se reducirá el número de accidentes, que siempre son menos en un túnel, y se ahorrarán diariamente unos 18.000 euros en gasolina, prosigue Přibyl.

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“Cada vez que hay que parar cuando se marcha a 50 kilómetros por hora se pierde energía cinética y hay que pisar el acelerador, con lo que se consume más. El hecho de que la marcha sea fluida conlleva un gran ahorro”.

Sin embargo no todo es de color de rosa. Se reducirá el tráfico en algunos tramos, como en la mencionada calle Veletržní, pero se espera que aumente a la salida del túnel. Esto puede significar complicaciones, ya que en caso de embotellamiento el túnel se cerraría, ya que en su interior los automóviles no pueden estar parados. Es un problema que ya se da actualmente en el túnel Mrázovka.

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Por otro lado, el túnel no es la solución completa al denso tráfico que sufre Praga en sus arterias principales, sino más bien solo un fragmento. La infraestructura es parte de la primera circunvalación de Praga, que con ella se alarga a 25 kilómetros, pero que aún está inconclusa, quedando nueve kilómetros para completarse. De la misma forma, la segunda circular también está lejos de verse terminada.

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La construcción del túnel de Blanka ha tenido una larga y polémica historia. El plan territorial se aprobó en 1999, con Pavel Bém como alcalde, pero las obras no comenzaron hasta 2007. Durante estas se produjeron tres derrumbamientos, complicación a la que se añadió un conflicto legal entre la empresa constructora, Metrostav, y el Ayuntamiento de Praga, que desde 2012 se negó a pagar algunas facturas.

Una vez demostrada la validez del contrato, y reanudado el trabajo, la apertura del túnel sufrió un nuevo retraso en 2015, al descubrirse que había que cambiar todo el cableado eléctrico, dañado por la humedad.

Autor: Carlos Ferrer
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